lunes, 7 de noviembre de 2011

CIENCIA - Dos potentes tormentas solares se dirigen hacia la Tierra


Científicos han descubierto en la superficie del Sol unas nuevas manchas solares, las AR 1302, extremadamente activas, que han comenzado a lanzar gigantescas llamaradas solares de clase X -las más poderosas- hacia el espacio. En concreto, la NASA ha registrado dos nuevas llamaras de la intensidad más alta con niveles de 1,9 y 1,4 respectivamente entre el pasado 22 de septiembre y el sábado, días en los que ha habido una gran actividad solar, ya que también se han producido una decena de llamaradas de clase media (M) y clase baja (C). Estas erupciones de alta energía parecen dirigirse hacia la Tierra y pueden golpear nuestro campo magnético con gran intensidad en cuestión de días. El fenómeno puede causar daños en nuestros sistemas de satélites y comunicaciones. Rusia incluso ha advertido a su centrales nucleares.
Según ha explicado la agencia espacial norteamericana, la fuente de estas llamaradas fueron las manchas solares 1302 y provocaron un apagón de radio de nivel R3, además de producir un estallido de radio de 10,7 centímetros. Concretamente, entre el 22 y el 24 de septiembre se produjeron un total de 13 explosiones de niveles comprendidos entre el X1,9 de la más intensa hasta el M1,0 de la más débil.
Los expertos han destacado que la llamarada de X1,9 es de dimensiones similares a las registradas el pasado mes de febrero y a principios de septiembre, lo que, a su juicio, demuestra la gran actividad que se espera para este ciclo solar. En este sentido, el Solar Influences Data Analysis Center (SIDC) ha aclarado que las condiciones geomagnéticas actuales son "tranquilas" pero ha alertado de una posible "inestabilidad de activos" estos días como consecuencia de las últimas llamaradas, lo que aumenta las posibilidades de que una eyección de masa coronal se dirija a la Tierra.

Satélites que caen y avisos de emergencia
Mientras, algunos medios rusos han informado acerca de unos "avisos de emergencia" que la Agencia Federal de Energía Atómica (FAAE) ha enviado a todas las plantas nucleares de Rusia, advirtiéndoles de un posible "estallido" del Sol. Según 'Nti', los expertos han señalado que esta situación "podría terminar en un enorme apagón e incluso podría dar lugar a explosiones atómicas espontáneas". Por su parte, 'EU Times' asegura que en el informe la FAAE culpa a las tormentas solares de la caída, el pasado viernes, del satélite UARS de la NASA, lo que, según apuntan, podría ser solo el primer caso de la caída de otros satélites que orbitan cerca de la Tierra.

Las enormes manchas solares son muchas veces más grande que la Tierra, por lo que se espera que liberen poderosas llamaradas de masa coronal en los próximos días. Si la erupción es lo suficientemente fuerte y va directa hacia nosotros, una tormenta de este tipo puede causar problemas en la navegación por satélite, sistemas de comunicaciones y redes de energía por todo el mundo.

Grandes tormentas solares pueden interrumpir las comunicaciones
Científicos del Gobierno de Estados Unidos han advertido a los usuarios de equipos de satélites, de telecomunicaciones y eléctricos, que se preparen para posibles interrupciones de los servicios debido a tres grandes explosiones solares registradas en los últimos días. Los efectos de las dos primeras se esperaban para el pasado fin de semana, pero los de la última todavía están por llegar en los próximos días.
"La tormenta magnética que pronto se desarrollará probablemente esté en el nivel de moderado a alto", ha asegurado un científico del Centro de Pronósticos del Clima Espacial (NOAA), Joseph Kunches. Según explica, las tormentas solares ocurridas la pasada semana podrían afectar las comunicaciones y los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) y hasta serían capaces de generar una aurora boreal visible en una parte de Estados Unidos.
Las grandes interrupciones por actividad solar son inusuales pero sus impactos han sido graves en el pasado. En 1989, una tormenta solar causó la caída del sistema eléctrico de Quebec, Canadá, dejando sin energía por varias horas a unos seis millones de personas. La mayor tormenta solar registrada fue en 1859, cuando la infraestructura de comunicaciones estaba limitada a los telégrafos. La tormenta afectó a oficinas del telégrafos en todo el mundo y generó una aurora gigante que se hizo visible hasta en las islas del mar Caribe. Algunos operadores del telégrafo informaron de golpes eléctricos. El papel se prendió fuego. Y muchos sistemas telegráficos continuaron enviando y recibiendo señales aún cuando los operadores habían desconectado las baterías, ha comentado la NOAA en su portal de internet.

Así llega a la tierra una tormenta solar
Según uno de los autores del estudio, Peter Gallagher, del Trinity College en Dublín, las tormentas solares no siempre viajan en línea recta. Las eyecciones de masa de la corona solar pueden comenzar avanzando hacia una dirección y luego girar en otra diferente. «Esto realmente nos sorprendió», confiesa el investigador. El resultado les pareció tan extraño que al principio pensaron, sencillamente, que habían hecho algo mal. Después de revisar su trabajo varias veces y comprobar decenas de erupciones, los científicos confirmaron que estaban en lo cierto. Eso sí, una vez que se dirigen hacia la Tierra, las tormentas pueden acelerar rápidamente. Ese acelerón les proporciona la fuerza para golpear más duramente el campo magnético de nuestro planeta.

Un juego de billar
Gallagher y su equipo llegaron a estas conclusiones tras analizar los datos de las naves gemelas de la NASA llamadas STEREO, y las publicaron en la revista Nature. «Nuestras imágenes en 3D muestran con claridad que las tormentas solares pueden desviarse de altas latitudes solares y terminar golpeando planetas que de otra forma habrían evitado», como si tratara de un juego de billar, según explica otro de los investigadores, Jason Byrne.
Los científicos utilizaron un proceso de imagen de múltiples escalas que es útil tanto en astronomía como en medicina, donde se emplea para el estudio de las células. La capacidad para reconstruir la trayectoria de una tormenta solar a través del espacio podría ser de gran beneficio para aquellos que intentan pronosticar el tiempo espacial. «Saber cuándo una eyección de masa coronal llegará es crucial para predecir la aparición de las tormentas geomagnéticas», explican.
Varios observadores han informado en webs especializadas de que la mancha masiva 1302 es visible desde la Tierra al atardecer o al amanecer con equipos especializados.
                                                                                                                                                                        Fuente:ABC.es

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