El tartamudeo es un trastorno del habla en el cual el flujo normal se interrumpe mediante repeticiones frecuentes o la prolongación de sonidos, sílabas o palabras o por la incapacidad de un individuo para comenzar una palabra. Las interrupciones podrían estar acompañadas de guiños rápidos de los ojos, temblores de los labios y/o de la mandíbula o muecas de la cara u otra parte superior del cuerpo que una persona que tartamudea usa en un intento por hablar. Ciertas situaciones, como hablar en frente de un grupo de personas o hablar por teléfono, tienden a hacer que el tartamudeo se vuelva más severo, mientras que otras situaciones, como cantar o hablar solo, a menudo lo mejoran.
El tartamudeo también se conoce como balbuceo, especialmente en Inglaterra, y por un término más amplio, el del habla sin fluidez. El tartamudeo también se diferencia de otros dos trastornos adicionales de fluidez del lenguaje--el lenguaje desordenando, caracterizado por un lenguaje irregular y rápido; y la disfonía espasmódica, un trastorno de la voz.
¿Cómo se produce el habla normalmente?
El lenguaje se produce mediante una serie de movimientos musculares coordinados con precisión que incluyen la respiración (mecanismo respiratorio), la fonación (mecanismos de expresión) y la articulación (garganta, paladar, lengua, labios y dientes). Estos movimientos musculares se inician, se coordinan y son controlados por el cerebro y son supervisados mediante los sentidos del oído y el tacto.
Antes de hablar, un individuo toma aliento y las cuerdas vocales (o pliegues vocales), que son dos bandas de tejido muscular ubicadas en la laringe directamente encima de la tráquea o la tráquea, debe unirse. El aire que se sostiene en los pulmones gradualmente se libera, pasando por las cuerdas vocales suavemente cerradas, y por lo tanto causando vibración y produciendo la voz. El sonido de la voz pasa a través de la garganta y es dirigido hacia la boca, en el caso de la mayoría de los sonidos, o hacia la nariz para aquellos sonidos nasales como "m, n" y "ng". El paladar, la lengua, la mandíbula y los labios se mueven de manera precisa para modificar los sonidos que componen el habla.
¿Quién tartamudea?
Se calcula que en Estados Unidos tartamudean más de tres millones de personas. El balbuceo afecta a los individuos de todas las edades, pero principalmente a niños pequeños, entre las edades de 2 y 6 años, que están desarrollando el lenguaje.
Los niños tienen tres veces más probabilidades de tartamudear que las niñas. La mayoría de los niños, sin embargo, superan su problema de balbuceo, y se calcula que menos del 1 por ciento de los adultos tartamudea.
Muchos individuos que tartamudean han sido exitosos incluso en aquellas profesiones que requieren hablar en público. Una lista de estas personas incluye a Winston Churchill, la actriz Marilyn Monroe, los actores James Earl Jones, Bruce Willis y Jimmy Stewart y cantantes como Carly Simon y Mel Tillis, por nombrar a algunos.
¿Qué provoca la tartamudez?
Los científicos sospechan una variedad de causas. Hay razón para creer que muchas formas de tartamudez se determinan genéticamente, pero todavía no entienden ni conocen los procesos que causan el desorden.
La forma más común de tartamudez se piensa tiene que ver con el desarrollo, es decir, que ocurre en niños que están en el proceso de desarrollar el habla y el lenguaje. Este tipo de tartamudez (más suave) sucede cuando el lenguaje y las capacidades del idioma de un niño no pueden satisfacer sus demandas verbales. La tartamudez sucede cuando un niño está buscando la palabra correcta. Este tipo de tartamudez generalmente se supera.
Otra forma común de tartamudez es neurogénica. Los trastornos neurogénicos surgen de los problemas de las señales que se transmiten entre el cerebro y los nervios o los músculos. En este tipo de tartamudez, el cerebro no puede coordinar adecuadamente los diferentes componentes del mecanismo del lenguaje. También podría surgir luego de un accidente cerebrovascular u otro tipo de lesión cerebral.
Otras formas de tartamudez se clasifican como psicogénicas o se originan en la mente o en las actividades mentales del cerebro tales como el pensamiento y el razonamiento. Considerando que alguna vez se pensó que la causa principal de la tartamudez era psicogénica, hoy en día se sabe que esta causa sólo representa una pequeña parte de los casos de tartamudez. Aunque los individuos que tartamudean pueden desarrollar problemas emocionales como el temor a conocer personas o hablar por teléfono, estos problemas, por lo general, son el resultado de la tartamudez en lugar de la causa del desorden. El tartamudeo psicogénico ocasionalmente ocurre en individuos que tienen enfermedades mentales o en personas que presentan estrés mental o angustia grave.
Los científicos y los investigadores por mucho tiempo han sabido que el tartamudeo puede darse en las familias y que existe una posibilidad fuerte de que algunas formas de tartamudez sean, en realidad, hereditarias. Sin embargo, todavía no se ha encontrado el gen (o genes) relacionado con la tartamudez.
¿Cómo se diagnostica el tartamudeo?
El tartamudeo en general es diagnosticado por un fonoaudiólogo, un profesional que está educado especialmente para evaluar y tratar a individuos con trastornos de la voz, el habla y el lenguaje. El diagnóstico se basa generalmente en la historia del trastorno, como por ejemplo, cuándo se notó por primera vez y bajo qué circunstancias, así como una evaluación completa del habla y las capacidades del idioma.
Tratamiento para la tartamudez
Hay una variedad de tratamientos disponibles para la tartamudez. Cualquiera de los métodos puede mejorar la tartamudez, pero sólo hasta cierto punto; ya que, actualmente no hay ningún tratamiento 100 por ciento efectivo para este desorden. La terapia, sin embargo, puede ayudar a impedir que el desarrollo del trastorno se convierta en un problema de por vida. Por consiguiente, se recomienda una evaluación de la habilidad para hablar en todos los niños que tartamudean por más de 6 meses o en aquellos en los cuales la tartamudez está acompañada por comportamientos de esfuerzo.
El desarrollo de la tartamudez es a menudo tratado educando a los padres sobre la reestructuración del ambiente donde se desarrolla el habla del niño para reducir los episodios de tartamudez. Se alienta a los padres a:
- Ofrecer un ambiente doméstico relajado que proporciona un amplio número de oportunidades para el lenguaje del niño. Establecer un tiempo del día específico que los padres y los hijos pueden hablar libre de distracciones.
- Abstenerse de criticar o reaccionar de forma negativa a los problemas de lenguaje del niño. Los padres deben evitar castigar a los niños por la falta de fluidez en el habla o pedirles que repitan las palabras tartamudeadas hasta que se hablen con naturalidad.
- Abstenerse de empujar al niño a que muestre sus habilidades verbales a otras personas.
- Escuchar atentamente al niño cuando esté hablando.
- Hablar lentamente y de una manera relajada. Si los padres hablan de esta manera, el niño también podría seguir el ejemplo y hablar de una manera lenta, relajada.
- Evitar decirle al niño que hable más lento o que piense en lo que va a decir antes de hablar.
- Esperar a que el niño diga la palabra que está pensando. No tratar de completar los pensamientos del niño.
- Conversar abiertamente con su hijo sobre el tartamudeo si es que éste le presenta el tema. Actualmente muchos programas populares de terapia para la tartamudez persistente ponen énfasis en volver a aprender el habla y en olvidar la forma en la que se aprendió a hablar. Los efectos psicológicos colaterales del tartamudeo ocurren con frecuencia, como por ejemplo, el temor de hablar a desconocidos o en público, también se abordan en la mayoría de estos programas.
Otras formas de tratamiento son las aplicaciones terapéuticas, como los medicamentos o los dispositivos electrónicos. Los medicamentos o los fármacos que afectan la función cerebral a menudo tienen efectos colaterales que los hacen difíciles de usar como tratamiento a largo plazo. Los dispositivos electrónicos que ayudan a controlar la fluidez de las palabras pueden ser más una molestia que una ayuda en la mayoría de las situaciones y son a menudo abandonados por las personas que tartamudean.
También existen métodos no convencionales como terapia para el tartamudeo. Es siempre una buena política comprobar las credenciales, la experiencia y las metas del tratamiento que se ofrecen a las personas. Evite trabajar con alguien que promete una "cura total" para la tartamudez.
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