Un 1º de setiembre de 1859
se fundó la Masonería en la
República Argentina.
se fundó la Masonería en la
República Argentina.
Rodeada del misterio que corresponde a una asociación secreta, la Masonería tiene una larga y compleja historia en la que supo sumar enemigos acérrimos y defensores a ultranza.
Los orígenes de la sociedad son antiguos y oscuros. Algunos historiadores afirman que sus comienzos se remontan a los mismísimos tiempos de Adán, otros lo ubican en la época del rey Salomón, en los años en que las Cruzadas intentaban reconquistar Tierra Santa o en el esplendoroso Egipto de los faraones.
Pero la mayoría coincide en que la Masonería tuvo sus orígenes en los gremios de arquitectos y albañiles que durante la Edad Media construyeron las grandes catedrales góticas y se juramentaron para guardar los secretos de su oficio.
Es por eso que los símbolos de la sociedad son las herramientas de los albañiles: la plomada, el nivel, la escuadra y el compás. Los grupos o logias dispersos se unieron en el siglo XVIII, cuando Teófilo de Desagullere, profesor de Oxford y prediador anglicano de la corte inglesa, reunió las siete logias dispersas de Inglaterra y fundó la Gran Logia Unida. En ese momento nació la Masonería moderna.
Han sido masones filósofos como Voltaire, Goethe y Lessing; músicos como Beethoven, Hayden y Mozart; genios rectores como Federico el Grande, Napoleón, Garibaldi, Martí, Miranda, Cavour y Bolívar, poetas como Byron, Lamartine y Víctor Hugo; escritores como Castelar, Bacon, Mazzini y Kipling; científicos como Lalande, Condorcet y d´Alembert, etc.
Una de las creencias que une a los miembros de las logias es la figura del Gran Arquitecto del Universo, especie de ser supremo que simboliza al creador.
Como todos los datos que rodean a la sociedad, la fecha y forma en que llegó al país, es también fuente de confusión y polémica.
Algunos afirman que vino de Inglaterra pero hay quienes sostienen que fue traída por los españoles aproximadamente en 1795. Así, viajeros, comerciantes, militares, intelectuales procedentes de Inglaterra, España, Francia y Portugal, difundieron las logias en América del Sur.
En Buenos Aires, las primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del siglo XVIII. La primera logia en territorio argentino fue la "Logia Independencia", con protocolos de autorización otorgados por la Gran Logia General Escocesa de Francia. Dicha autorización data aproximadamente de 1795 y su sola denominación acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para las tierras americanas.
Según refirió Francisco Guilló en su libro Episodios Patrios, la logia funcionaba en un semiarruinado caserón, donde tiempo atrás el presbítero Juan Gutierrez Gonzalez y Aragón había levantado la Capilla de San Miguel, que posteriormente fue abandonada ante las dificultades que los grandes zanjones oponían para que los feligreses pudieran llegar a ella durante y después de las lluvias.
Por lo que toca a la "Logia Independencia", con ese nombre apareció otra logia, presidida por Julián B. Alvarez, en 1810, y es probable que no haya tenido continuidad con la homónima anterior. Esta logia dirigida por Alvarez es la que suministró los elementos básicos para la constitución de la Logia Lautaro, con la cual se inició el historial más importante de la masonería en la Emancipación.
Entre tantos datos dudosos, parece ser verdad que muchos argentinos ilustres fueron masones, entre ellos: Mariano Fragueiro (su presidente), Domingo F. Sarmiento, José Benjamín Gorostiaga, Nicasio Oroño, José María Gutierrez, Irineo Portela, Salvador María del Carril, José Francisco Seguí, José Mármol, Benjamín Victorica, Wenceslao Paunero, Nicanor Albarellos y el de los actores directos: Bartolomé Mitre, Santiago Derqui y al Gral. Urquiza, también masones.
Formaron parte del máximo tribunal argentino, Suprema Corte de Justicia, Salvador María del Carril, José Barros Pazos, José Benjamín Gorostiaga, José Figueroa Alcorta, Benjamín Victorica, Antonio Bermejo, Roberto Repetto y Antonio Sagarna.
Masones fueron varios presidentes de la República Argentina Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Sarmiento, Juárez Celman, Pellegrini, Manuel Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen, Agustín P. Justo.
También en el Congreso Nacional: Leandro N. Alem (ex-Gran Maestre), Aristóbulo del Valle, Joaquín Castellanos, Emilio Gouchón (ex-Gran Maestre), Belisario Roldán, Luis María Drago, Valentín Alsina, Delfín Gallo, Juan Balestra, Carlos Conforti, Juan Luis Ferrarotti y Lisandro de la Torre,
en unión de cientos de otros legisladores masones.
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