Mario Vargas Llosa dio
su esperado discurso
en la Feria del Libro
y no omitió referirse
a los episodios que casi
hacen que la visita
quede en el olvido
Fueron apenas 10 minutos dedicados a la Argentina, pero con la contundencia suficiente para dejarles en claro a los intelectuales afines al kirchnerismo que sus cuestionamientos sobre la política local seguirán.
“Hablo de la Argentina desde el cariño. No hay hostilidad de mi parte y voy a seguir criticando aunque a algunos les moleste. Yo he criticado ciertas políticas en la Argentina que me parecen equivocadas porque soy un hombre libre”, dijo anoche el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ante más de mil personas que se acercaron al Salón Jorge Luis Borges de la 37a. Feria Internacional del Libro para escucharlo.
Sin crispaciones, a pesar de tanta esgrima verbal previa que incluyó un intento de censura por parte del grupo de intelectuales oficialistas Carta Abierta, Vargas Llosa dijo todo lo que quiso decir durante una hora y media, en un discurso escrito.
El kirchnerismo tuvo sólo dos concurrentes destacados: la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y Vicente Battista, el escritor que firmó la carta para evitar que Vargas Llosa hablara en la Feria del Libro.
Instantes antes, había dejado estampada su firma en el libro de honor de la Fundacion El Libro, que atesora mensajes de autores de todo el mundo que han pasado por este encuentro editorial. “Feliz de volver a esta Feria del Libro de Buenos Aires después de ocho años y comprobar que ha crecido en libros, lectores y prestigio. Les deseo que sigan los éxitos y les agradezco la hospitalidad”, escribió.
Vargas Llosa confirmó su calidad de gran orador. Encantó a todos los asistentes al Pabellón Frers. Los hizo reír con el recuerdo del entrañable Pedro Camacho, el escritor de radionovelas de La tía Julia y el escribidor , los hizo reflexionar sobre la situación política de América latina y los emocionó con su duro relato sobre el difícil vínculo que tuvo con su padre, a quien conoció a los 10 años, y por el que, admitió, se enfrentó al “miedo y a la violencia”.
En su inicial mensaje escrito, tuvo palabras de agradecimiento para la presidenta Cristina Kirchner. “(Su) Oportuna intervención atajó aquel intento de veto. Ojalá esta toma de posición en favor de la libertad se contagie a todos sus partidarios y que guíe su propia conducta como gobernante”, dijo Vargas Llosa y levantó el aplauso de todo el auditorio.
Argumentó con énfasis la decadencia argentina y las razones de su crítica: “A principios del siglo XX, el modelo educativo de la Argentina era el más avanzado del mundo; las tres cuartas parte de Europa eran del tercer mundo. ¿Qué pasó? Hoy tendría que tener el mismo nivel de Suecia. ¿Por qué está la Argentina con esta crispación política casi permanente?”.
“Yo combato a todas las dictaduras, a las dictaduras de la izquierda del proletariado y a las de la derecha de Cristo Rey. En definitiva, todas hacen lo mismo, traen retroceso a los pueblos”, advirtió.
“Nos hace falta coherencia, hemos sufrido mucho por las verdades absolutas. Cada vez tenemos menos dictaduras en América latina. Tenemos izquierdas y derechas democráticas en América latina. La racionalidad y la sensatez está echando raíces en América latina”, sostuvo y despertó otra vez el aplauso.
Y, por si a alguien le quedaban dudas de su veto a las dictaduras, y especialmente a la argentina de los años 70, recordó que como presidente del Pen Club Internacional hizo “muchas campañas por Antonio Di Benedetto”, el escritor y periodista argentino que tuvo que exiliarse.
Reveló que su vínculo con nuestro país está dado desde su infancia: “A Cochabamba llegaban Leoplán , para mi abuelo; Para Ti , para mi madre, y Billiken para mí. En la Universidad de San Marco, en Lima, conocí la literatura más renovadora y moderna, de Thomas Mann a Faulkner, de Joyce a Sartre, de Camus a Forster, de Eliot a Hemingway, gracias a las traducciones que editoriales como Losada, Sudamericana, Emecé, Sur, y otras publicaban y distribuían por todo el continente”.
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