lunes, 21 de marzo de 2011

HISTORIA - La cerveza en la Argentina

 Como la mayoría de los países iberoamericanos
la afición al consumo de 
la cerveza en la Argentina fue
introducida por los emigrantes 
europeos que llegaban
al Nuevo Continente 
a “hacer fortuna”.



La tradición cervecera en Argentina tiene algo más dos siglos y medio. Como en la mayoría de los países iberoamericanos, la afición al consumo de cerveza en la Argentina fue introducida por los emigrantes europeos que llegaban al Nuevo Continente a “hacer fortuna”.
Primero fueron las marcas elaboradas en la “vieja” Europa, llevadas en los barcos, las que empezaron a consumirse por alemanes y británicos, principalmente. En seguida, se sumaron a esa afición el resto de argentinos.
Más tarde, hacia la segunda mitad del siglo XVIII, empezaron a surgir pequeñas cervecerías fundadas por emigrantes ligados, en mayor o menor medida, con cerveceras europeas. Las grandes distancias, las malas comunicaciones existentes y la ausencia de hielo, para la refrigeración de la cerveza durante el transporte, motivó que cada localidad, más o menos importante, tuviera su cervecería para abastecer a los lugareños.
En un principio, tenían que importar la malta y el lúpulo y, algunas, por la mala calidad de las aguas del subsuelo, utilizaban agua de lluvia recogida en aljibes construidos a tal efecto. Años más tarde, las cerveceras más preparadas, aprovechando el ferrocarril, fueron extendiendo sus áreas de ventas y montando fábricas allí donde les era más rentable. También, fueron desarrollando cultivos autóctonos, primero de cebada y luego de lúpulo. Argentina es hoy una exportadora de excelentes variedades de lúpulo, cultivadas en la zona de El Bolsón, localidad de la provincia de Río Negro, en la Patagonia
Un folleto publicado por José María Peña y Juan Carlos López Almendros, con motivo de la Iª Exposición de Coleccionismo Cervecero, celebrada en Buenos Aires en julio de 1999, nos relata que la primera referencia que existe relativa a la elaboración de cerveza en Argentina se remonta a 1806. La escuadra inglesa, aprovechando la ausencia del inepto Virrey de Buenos  Aires, Marqués de Sobremonte, había tomado la ciudad sin apenas resistencia. Tras la heroica reconquista llevada a cabo por el marino español Santiago Liniers, los bienes de los ingleses residentes en la ciudad fueron confiscados. Uno de ellos, médico de profesión en Retiro, envió una reclamación a las autoridades españolas “por la expropiación de su fábrica de cerveza, contigua al mencionado mercado, después de las invasiones inglesas. Aduce a su favor, que si bien es nacido en Inglaterra, se encuentra al servicio de Su Majestad Española”. Transcurría el año de 1806.
Según otras fuentes, la primera fábrica argentina de cerveza pudo haber sido la que funcionaba, en 1744, en la actual calle Moreno, antes San Francisco, de la ciudad de Buenos Aires. También se tienen noticias que, desde 1804 y hasta la Revolución de Mayo de 1810, funcionó, junto al teatro Coliseo de Buenos Aires, un establecimiento que servía cerveza fabricada por su propio dueño.

Pero es el investigador Carlos Domingo Vives el que aporta los documentos más antiguos que, por ahora, se conocen. El Dr. Vives demuestra con ellos que la primera fábrica de cerveza que se conoce en Argentina, simplemente fue llamada "La Zervezería”, así, con dos “zetas”.
Debemos remontarnos al año 1738, cuando el inglés Thomas Stuart adquiere, en el Retiro de Buenos Aires, una parte de la manzana delimitada por la actual Avda. del Libertador y las calles Esmeralda, Maipú y Arenales, con entrada por ésta última. En ese lugar, Stuart construye un edificio que incluye: una "sala con siete tirantes", para fabricar “zerveza” (sic), y “varias piezas”, posiblemente, para oficinas, lugar de venta y descanso. En la “sala” se encontraban las “calderas” y los “hervidores”.
Ante la necesidad del propietario de conseguir capitales para ampliar el negocio, decide vender las tierras, al rico comerciante Thomas Ilson, pero conservando el fondo de comercio. De esta manera y conforme a escritura del 13 de diciembre de 1743 del notario Francisco de Merlo, Stuart cede el “dominio y señorío” al capitán de dragones Thomas Ilson sobre “la casa de la zervezería”.
La explotación de la fábrica continuó en manos de Stuart, pero ahora en un establecimiento más amplio y con una mayor producción. El Censo de 1744, registra en “La Zervezería” a Thomas Stuart, que en ese momento tenía 48 años y, como agregados a los ingenieros Juan Ittin de 30 años y Roberto Betant de 20, más seis esclavos negros como obreros, todos ellos trabajando en la misma. Con respecto a la propiedad “dize pertenezer al capitán don Thomas Ilson”.
Éste, además de capitán de dragones, fue un caracterizado contrabandista, sosteniéndose que utilizaba la infraestructura de la fábrica de cerveza, como depósito de sus “mercancías”.
Es de esta época, el comienzo de la leyenda de los túneles y bóvedas que se creían existentes en la, posteriormente, llamada “Quinta de Azcuénaga”. La explicación racional de los mismos, estaría en que el método de conservación de la producción de cerveza del establecimiento, era su almacenamiento en barricas de madera instaladas en sótanos. Éstos disponían de una salida "a nivel" orientada hacia un barranco, hoy Avda. del Libertador, en donde existía un camino de carretas y mulas que, costeando el Río de la Plata, comunicaba la zona norte con el fuerte y la plaza Mayor, centro comercial de la época. Esto no implica que Thomas Ilson, también, lo utilizara para "sus otros oscuros negocios".
Ilson era descendiente de irlandeses, nacido en España en tiempos del Gobernador Salcedo y fue procesado por sus negocios ilegales y por su vida "desarreglada". Pero, como gozaba de buenas amistades tanto en Madrid como en América, su causa fue archivada. En 1757, “La Zervezería” fue cerrada, utilizándose el local y parte de las herramientas y utensilios, en especial las calderas y hervidores, para la instalación de una fábrica de jabón.
Deduce el investigador Vives que “no habiendo encontrado antecedentes de establecimientos mas antiguos, concluyo que “La Zervezería” fue nuestra primera fábrica de cerveza.
Para 1835, un anuncio publicitario indicaba que Santiago Renier y Henrique Knoll eran los propietarios de una cervecería en el nº 362 de la calle Tucumán de Buenos Aires, que producía cerveza “blanca” y “colorada”. Los precios eran 13 pesos la docena de botellas, y sólo 8 pesos si se devolvían las vacías.
En marzo de 1842, dos alemanes, Adolfo Bullrich y Carlos Ziegler, están dispuestos a resucitar la vieja cervecería de Ilson y Stuart. Alquilan "una casa y el local" situados en la plazoleta del Retiro. Los arrendatarios pagarían 3 onzas de oro selladas, desde el 1º de abril de 1842, y luego 5 pesos fuertes más por el “potrero”, quedando a cargo de los propietarios la recuperación de techos, galerías altos de la casa principal, el portón de cochera y de todo lo demás que ya amenazaba ruina. El contrato fue por siete años, con opción a renovación por cuatro años más. Por constancias posteriores se sabe que los inquilinos hicieron grandes reformas en la propiedad, instalando, además de la fábrica de cerveza, una taberna y una tienda. Con respecto al alquiler del potrero en “el bajo”, se explica porque en él existían caballerizas y “galpones” donde guardaban los caballos que tiraban los carruajes del reparto de la cerveza. Y, también, era la salida de la producción cervecera, desde los sótanos de la fábrica. Poco tiempo después, la cervecería pasa a las manos de los, también alemanes, Vogel y Schmitz, y de éstos a Guillermo Seydell.
El 20 de enero de 1845, la Gaceta Mercantil de Buenos Aires informaba en una nota que la fábrica de cerveza del Guillermo Seydell había pasado de la plazoleta del Retiro a un local más amplio y conveniente, la Barraca de Capdevilla, situada en el nº 315 de la calle Chacabuco.  En la misma publicación, se comunica al público que en el anterior establecimiento del Retiro, se venden botellas y medias botellas, en cristal y en barro, de cerveza.
Pero la cervecera argentina más antigua y que, aún hoy, se encuentra en funcionamiento es la fundada por el alsaciano Emilio Bieckert, que comenzó a operar en Buenos Aires, en el año 1860, frente a la iglesia de Balbanera.
En 1884, en la ciudad de San Carlos, Pcia. de Santa Fé, un emigrante alemán fundó la Cervecería San Carlos.
En 1888, nació la Quilmes la cervecera que hoy domina con creces el mercado argentino.
En 1892, se estableció la Cervecería Santa Fe, que hoy, junto a la Schneider, pertenece a la CCU de Chile.
En 1913, se fundó la Cervecería del Norte Argentino y, en 1921, la Maltería y Cervecería de Cuyo.
Ambas se fusionaron en 1921 y en 1917, se instituyó la Cervecería Córdoba.

5 comentarios:

  1. Podrías citar las referencias articulo, eso le daría mucha robustes

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  2. Falta agregar Palermo!!!! Creada por Ernesto Tornquist por 1890, pasado el 1900 fue comprada por los hermanos Santos y Gustavo Kaiser y finalmente en la decada del 2o pasa a manos de Quilmes

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  3. Hola, muy interesantes las referencias dadas.
    Ubican Uds. por favor a una antigua fábrica de cervezas llamada "NUEVA CERVECERÍA ARGENTINA"?. la misma fue autorizada en 1925 y hacia el año 1939 su Administrador fue un Sr. Roberto Kent aparentemente. Les agradecería si pueden darme alguna referencia de la misma. Muchas gracias . Saludos !

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  4. Hola, articulo interesante, podrian dar las fuentes o bibliografia consultada.

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  5. Parece un resumen del articulo que se encuentra en http://www.cervezadeargentina.com.ar/articulos/historiaargentina.htm

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