martes, 20 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
QUIEN ERA? - Salvador Mazza
Salvador Mazza nació en Buenos Aires, 6 de junio de 1886. Porteño criado en Rauch, mostró sus primeros reflejos de capacidad cuando a los 10 años ingresó al Colegio Nacional de Buenos Aires. Al terminar sus estudios se inscribió en la Escuela de Marina de Guerra, pero un problema detectado a último momento durante la revisación médica le cerró el camino.
El 1903 lo encontró en la carrera de Medicina de la UBA, pero el sólo estudio no le satisfacía: al mismo tiempo fue inspector sanitario y participante de las campañas de vacunación en la provincia de Buenos Aires.
Estas inclinaciones sanitaristas empezaban a definirlo en su método, que no se limitó al laboratorio o al despacho, sino que lo llevó a hurgar en el interior del país, donde las endemias hacían estragos, como continúan haciéndolo.
Intercalando estudio, trabajo a nivel sanitario y participación estudiantil -ya que formó parte del Centro de Estudiantes de Medicina en varias ocasiones-, Mazza se convirtió en bacteriólogo, laboratorista clínico y patólogo. Parece haber en su vida un factor común, determinante, que es la acumulación de conocimientos y experiencia con el afán de perfeccionar sus posibilidades de investigación. Por esto mismo, y luego de dejar la jefatura del laboratorio de la isla Martín García -en donde los inmigrantes hacían cuarentena antes de ingresar al país- inició una serie de viajes por Europa donde estudió profilaxis de las enfermedades infecciosas, sanidad militar y microfotográfia, entre otras especialidades. A su regreso, en 1920, fue nombrado director del laboratorio central del Hospital Nacional de Clínicas y docente de la cátedra de Bacteriología.
Nacen los proyectos
En 1923 partió junto con su esposa rumbo a Francia para iniciar un segundo período de perfeccionamiento y en ese mismo año puso pie en Túnez.
El director del Instituto Pasteur de esa colonia francesa era el doctor Charles Nicolle, gran entomólogo y bacteriólogo considerado como el segundo Pasteur. Tanto la ciencia como también la cultura humanística de Nicolle cautivaron a Mazza, quien encontró un maestro en el francés y lo definió como: "el padre espiritual de todos mis trabajos".
Después de año y medio de recorrer el norte de Africa, Mazza regresaba a Buenos Aires y a su llegada era nombrado jefe del Laboratorio y Museo del Instituto de Clínica Quirúrgica. Para ese entonces su cabeza estaba dedicada a planear una visita de Charles Nicolle a Buenos y Aires, hecho que se concretó en 1925.
Nicolle llegó con el fin de estudiar las patologías autóctonas, y para esto recorrió el Norte argentino. Al comprobar la situación de desamparo de los médicos del interior frente a las graves endemias, el francés decidió apoyar a Mazza en el proyecto que venía planificando desde hacía un tiempo: la creación de un instituto que se ocupara del diagnóstico y estudio de enfermedades de la zona, muchas de las cuales eran desconocidas. Con este impulso, en 1926 se creó, desde la Facultad de Medicina, la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA), con Mazza como director.
La MEPRA comenzó una recorrida por todo el interior del país y se dedicó a enrolar médicos y científicos de los cuatro puntos cardinales. Al mismo tiempo, y para afianzar las investigaciones, nació la Sociedad Argentina de Patología Regional: ahora el estudio y diagnóstico de las endemias pasaba a estar en franco proceso de federalización.
El Chagas
El Mal de Chagas fue descubierto en 1909. El brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas era entonces un joven científico comisionado por el Ministerio de Salud Pública de Brasil para estudiar la presencia de focos de paludismo en el nordeste de su país. Haciendo este trabajo Chagas detectó enfermos que en la sangre presentaban un parásito, tripanosoma, al cual denominó cruzi en honor al investigador brasileño Oswaldo Cruz.
Chagas consiguió infectar y reproducir en monos la enfermedad que él observaba en humanos mediante la inoculación de tripanosomas extraídos de la sangre de sus pacientes. Cumplió así los postulados clásicos necesarios para caracterizar a una enfermedad infecciosa: el aislamiento del germen, su asociación con manifestaciones y lesiones que se reiteran y finalmente la reproducción de la enfermedad mediante la inoculación del germen a un animal.
Convertido en un explorador sanitario, Mazza llevó a cabo 11 viajes por el noroeste argentino y pasó las fronteras llegando a Bolivia, Brasil y Chile. En su marcha, aparte de diagnosticar el primer caso americano de leishmaniasis (enfermedad que afecta la piel y las mucosas), retomó los estudios -desprestigiados por la comunidad científica brasileña-, que Carlos Chagas había realizado a principios de siglo en el Brasil sobre la afección producida por el Trypanosoma cruzi.
La vuelta a las investigaciones de Chagas tuvo lugar cuando Mazza relacionó a los afectados por la sintomatología del un mal común en el noroeste argentino (fatiga crónica, afecciones cardíacas que ocasionaban la muerte) con el hecho de que durante los primeros años de sus vidas estuvieran expuestos a la picadura de unos insectos parecidos a las cucarachas. Con gran laboriosidad, consiguió establecer mil casos demostrados de la enfermedad y descubrió la presencia del Trypanosoma cruzi en los corazones enfermos.
En forma científicamente indiscutible, Mazza estableció que el vector portador del mal era el Triatoma infestans, conocido comunmente como vinchuca, y que el parásito era inoculado por el insecto mediante la picadura.
Una vez identificada la enfermedad, y su vector, se estaba en condiciones de combatirla, y el método postulado por Mazza era la toma de conciencia por parte de la población y, en especial, de las autoridades. La acción concreta se basaba en mejorar las condiciones de vivienda para erradicar la vinchuca, que anida en las paredes de barro.
Pero el instar a una mejor calidad de vida para las clases populares, le costó al médico chocar contra los intereses creados: las autoridades provinciales tomaron como una locura el pedido de agua potable y sanitarios considerando a Mazza como un enemigo. Por otra parte, los infectados no terminaban de creerle que el mal era originado por la acción de un insecto tan tímido y común en lo cotidiano como la vinchuca. De todas maneras Mazza no abandonó su prédica.
De pueblo en pueblo, se dedicó a hablar con médicos, autoridades y público en general, buscando dejar en claro que la única forma de combatir el mal de Chagas era mediante una política sanitaria efectiva. Y lo hizo hasta el día de su muerte, que no sólo lo sorprendió a él sino también a su proyecto. En 1959, la Universidad cerró definitivamente la delegación Buenos Aires de la MEPRA por considerarla innecesaria. Se perdieron sus preparados y archivos de investigación. La organización que había tejido en la mayor parte del territorio nacional comenzó a desmoronarse.
Pero su legado es muy fuerte y la obra continúa en pie, sostenida por médicos e investigadores que no dejan de luchar contra el hoy llamado mal de Chagas-Mazza y contra las necesidades que continúan insatisfechas y cuando el recuerdo puede servir como una reposición anecdótica o como una muestra ilustrativa para todos aquellos a los que les falte referentes.
De carácter áspero y pasional, al parecer no tenía la habilidad de ganar la simpatía y la protección de los poderes públicos. Estaba muy lejos de lo que se suele llamar "un cortesano del poder".
Murió mientras dictaba una charla en un congreso médico en Monterrey, México, el 9 de noviembre de 1946. Si bien la causa principal fue un infarto, detrás del accidente coronario -y según indican algunas anotaciones de su médico personal- acaso haya estado presente el Tripanozoma cruzi, parásito que provoca la enfermedad de Chagas, la misma a la que dedicó la mayor parte de sus investigaciones.
La mayoría del cuantioso material documental de la MEPRA, fruto de más de veinte años de trabajo de Mazza y sus colaboradores, se perdió o fue destruido.
El 1903 lo encontró en la carrera de Medicina de la UBA, pero el sólo estudio no le satisfacía: al mismo tiempo fue inspector sanitario y participante de las campañas de vacunación en la provincia de Buenos Aires.
Estas inclinaciones sanitaristas empezaban a definirlo en su método, que no se limitó al laboratorio o al despacho, sino que lo llevó a hurgar en el interior del país, donde las endemias hacían estragos, como continúan haciéndolo.
Intercalando estudio, trabajo a nivel sanitario y participación estudiantil -ya que formó parte del Centro de Estudiantes de Medicina en varias ocasiones-, Mazza se convirtió en bacteriólogo, laboratorista clínico y patólogo. Parece haber en su vida un factor común, determinante, que es la acumulación de conocimientos y experiencia con el afán de perfeccionar sus posibilidades de investigación. Por esto mismo, y luego de dejar la jefatura del laboratorio de la isla Martín García -en donde los inmigrantes hacían cuarentena antes de ingresar al país- inició una serie de viajes por Europa donde estudió profilaxis de las enfermedades infecciosas, sanidad militar y microfotográfia, entre otras especialidades. A su regreso, en 1920, fue nombrado director del laboratorio central del Hospital Nacional de Clínicas y docente de la cátedra de Bacteriología.
Nacen los proyectos
En 1923 partió junto con su esposa rumbo a Francia para iniciar un segundo período de perfeccionamiento y en ese mismo año puso pie en Túnez.
Charles Nicolle |
Después de año y medio de recorrer el norte de Africa, Mazza regresaba a Buenos Aires y a su llegada era nombrado jefe del Laboratorio y Museo del Instituto de Clínica Quirúrgica. Para ese entonces su cabeza estaba dedicada a planear una visita de Charles Nicolle a Buenos y Aires, hecho que se concretó en 1925.
Nicolle llegó con el fin de estudiar las patologías autóctonas, y para esto recorrió el Norte argentino. Al comprobar la situación de desamparo de los médicos del interior frente a las graves endemias, el francés decidió apoyar a Mazza en el proyecto que venía planificando desde hacía un tiempo: la creación de un instituto que se ocupara del diagnóstico y estudio de enfermedades de la zona, muchas de las cuales eran desconocidas. Con este impulso, en 1926 se creó, desde la Facultad de Medicina, la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA), con Mazza como director.
La MEPRA comenzó una recorrida por todo el interior del país y se dedicó a enrolar médicos y científicos de los cuatro puntos cardinales. Al mismo tiempo, y para afianzar las investigaciones, nació la Sociedad Argentina de Patología Regional: ahora el estudio y diagnóstico de las endemias pasaba a estar en franco proceso de federalización.
El Chagas
El Mal de Chagas fue descubierto en 1909. El brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas era entonces un joven científico comisionado por el Ministerio de Salud Pública de Brasil para estudiar la presencia de focos de paludismo en el nordeste de su país. Haciendo este trabajo Chagas detectó enfermos que en la sangre presentaban un parásito, tripanosoma, al cual denominó cruzi en honor al investigador brasileño Oswaldo Cruz.
Chagas consiguió infectar y reproducir en monos la enfermedad que él observaba en humanos mediante la inoculación de tripanosomas extraídos de la sangre de sus pacientes. Cumplió así los postulados clásicos necesarios para caracterizar a una enfermedad infecciosa: el aislamiento del germen, su asociación con manifestaciones y lesiones que se reiteran y finalmente la reproducción de la enfermedad mediante la inoculación del germen a un animal.
Convertido en un explorador sanitario, Mazza llevó a cabo 11 viajes por el noroeste argentino y pasó las fronteras llegando a Bolivia, Brasil y Chile. En su marcha, aparte de diagnosticar el primer caso americano de leishmaniasis (enfermedad que afecta la piel y las mucosas), retomó los estudios -desprestigiados por la comunidad científica brasileña-, que Carlos Chagas había realizado a principios de siglo en el Brasil sobre la afección producida por el Trypanosoma cruzi.
La vuelta a las investigaciones de Chagas tuvo lugar cuando Mazza relacionó a los afectados por la sintomatología del un mal común en el noroeste argentino (fatiga crónica, afecciones cardíacas que ocasionaban la muerte) con el hecho de que durante los primeros años de sus vidas estuvieran expuestos a la picadura de unos insectos parecidos a las cucarachas. Con gran laboriosidad, consiguió establecer mil casos demostrados de la enfermedad y descubrió la presencia del Trypanosoma cruzi en los corazones enfermos.
En forma científicamente indiscutible, Mazza estableció que el vector portador del mal era el Triatoma infestans, conocido comunmente como vinchuca, y que el parásito era inoculado por el insecto mediante la picadura.
Una vez identificada la enfermedad, y su vector, se estaba en condiciones de combatirla, y el método postulado por Mazza era la toma de conciencia por parte de la población y, en especial, de las autoridades. La acción concreta se basaba en mejorar las condiciones de vivienda para erradicar la vinchuca, que anida en las paredes de barro.
Pero el instar a una mejor calidad de vida para las clases populares, le costó al médico chocar contra los intereses creados: las autoridades provinciales tomaron como una locura el pedido de agua potable y sanitarios considerando a Mazza como un enemigo. Por otra parte, los infectados no terminaban de creerle que el mal era originado por la acción de un insecto tan tímido y común en lo cotidiano como la vinchuca. De todas maneras Mazza no abandonó su prédica.
De pueblo en pueblo, se dedicó a hablar con médicos, autoridades y público en general, buscando dejar en claro que la única forma de combatir el mal de Chagas era mediante una política sanitaria efectiva. Y lo hizo hasta el día de su muerte, que no sólo lo sorprendió a él sino también a su proyecto. En 1959, la Universidad cerró definitivamente la delegación Buenos Aires de la MEPRA por considerarla innecesaria. Se perdieron sus preparados y archivos de investigación. La organización que había tejido en la mayor parte del territorio nacional comenzó a desmoronarse.
Pero su legado es muy fuerte y la obra continúa en pie, sostenida por médicos e investigadores que no dejan de luchar contra el hoy llamado mal de Chagas-Mazza y contra las necesidades que continúan insatisfechas y cuando el recuerdo puede servir como una reposición anecdótica o como una muestra ilustrativa para todos aquellos a los que les falte referentes.
De carácter áspero y pasional, al parecer no tenía la habilidad de ganar la simpatía y la protección de los poderes públicos. Estaba muy lejos de lo que se suele llamar "un cortesano del poder".
Murió mientras dictaba una charla en un congreso médico en Monterrey, México, el 9 de noviembre de 1946. Si bien la causa principal fue un infarto, detrás del accidente coronario -y según indican algunas anotaciones de su médico personal- acaso haya estado presente el Tripanozoma cruzi, parásito que provoca la enfermedad de Chagas, la misma a la que dedicó la mayor parte de sus investigaciones.
La mayoría del cuantioso material documental de la MEPRA, fruto de más de veinte años de trabajo de Mazza y sus colaboradores, se perdió o fue destruido.
domingo, 18 de septiembre de 2011
LA CIUDAD - La Ciudad y la Torre
La Torre Monumental,
llamada popularmente
Torre de los Ingleses
fue donada por los
residentes británicos a
la República Argentina
en ocasión del
Centenario de la
Revolución de Mayo
de 1810.
llamada popularmente
Torre de los Ingleses
fue donada por los
residentes británicos a
la República Argentina
en ocasión del
Centenario de la
Revolución de Mayo
de 1810.
La torre cambió su nombre a “Torre Monumental” luego de la guerra de Malvinas en 1982; pero la gente aún la llama Torre de los Ingleses. Se encuentra en el centro de la Plaza Britannia (Plaza Aeronáutica Argentina) en San Martín y Av. Libertador.
El monumento se convirtió, a lo largo del siglo pasado, en un fiel testigo del desarrollo urbano y fue durante años la puerta de entrada a Buenos Aires dada su vecindad con la terminal de los ferrocarriles de la Estación Retiro, el Puerto de la Ciudad y el Hotel de Inmigrantes, hoy convertido en museo.
Su ubicación fue fijada en el predio donde se hallaba la Usina de Gas de Retiro desde donde se distribuía el combustible para el alumbrado público.
La construcción de unos 60 metros de altura, está revestida con una combinación de ladrillos rojos y piedra labrada, dividida en seis registros. La estructura se emplaza sobre un basamento con cuatro escalinatas a cada lado y vertederos en sus esquinas.
La construcción
La piedra fundamental fue colocada en mayo de 1910 y el edificio inaugurado el 24 de Mayo de 1916. Para su ejecución se realizó un concurso, ganado por el arquitecto Ambrose Poynter, hijo del Presidente de la Real Academia de Londres. Poynter concibió la Torre según el estilo renacentista, según la tendencia imperante en Inglaterra a fines del siglo XVI, época que corresponde a la segunda fundación de Buenos Aires.
La obra se demoró debido al comienzo de la Primera Guerra Mundial. La construcción se confió a la empresa Hopkins y Gardom Ltd. y todo el personal técnico, como los materiales, salvo la arena y el agua, fueron traídos de Inglaterra.
Galería Histórica
La Dirección General de Museos a través de su Departamento Técnico Museológico realiza la curación de la Torre Monumental. La Torre exhibe en sus seis salas exposiciones permanentes y temporarias. La Galería Histórica, que ocupa el primero y sexto piso, expone con carácter permanente fotografías, planos, documentos, invitaciones, recortes periodísticos, entre otras piezas que conforman una visión abarcadora de la historia del monumento provenientes de los Museos de la Ciudad y de los archivos de distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad.
Dedica tres salas de exposición a la fotografía: el denominado Fotoespacio del Retiro, allí se alternarán de forma periódica las vastas colecciones fotográficas de los nueve Museos de la Ciudad junto a las producciones contemporáneas.
Escudos y Emblemas
Tanto sobre la entrada principal, en la cual se encuentra una placa de mármol grabada donde se lee: "Los residentes británicos al gran Pueblo Argentino Salud. 25 de Mayo de 1910 ",como sobre las restantes caras, existe un friso donde se alternan triglifos y metopas ornamentadas con soles y diferentes emblemas del imperio Británico; puede reconocerse la flor del cardo -emblema nacional desde 1540-, la rosa de la Casa Tudor, el dragón rojo de Wales y el trébol de Irlanda.
A la altura del primer registro se encuentran los escudos del Reino Unido de Gran Bretaña y de la República Argentina. Se destacan además los emblemas de Inglaterra y de Escocia. Un unicornio y el león rampante enmarcan dos leyendas escritas en francés: "Dieu est mon droit" ("Dios es mi derecho") y "Honni soit qui mal y pense" ("Deshonor al que piense mal de esto") Orden de la Jarretiere en Inglaterra".
El reloj y sus campanas
En el piso superior, a 35 metros de altura, se encuentra el reloj, que posee cuatro cuadrantes de 4,40 metros de diámetro realizados en opalina. La maquinaria funciona con un péndulo de 4 metros de altura y alrededor de 100 kg. de peso. Sobre la maquinaria continúa la estructura de la torre, rodeada por un balcón-balaustrada y coronada por una cúpula octogonal cubierta de láminas de cobre y cabriadas de acero, sobre cuya cima gira una veleta que representa una fragata de tres mástiles de la época Isabelina. Este lugar alberga cinco campanas de bronce, la mayor de ellas pesa 7.000 kg. y el carillón que marca los cuartos de hora alrededor de unos 3.000 kg.
A veces, el sonido baña las playas de algo divino. La reminiscencia de esa sonoridad sagrada nos aguarda en el Retiro, como luego veremos. Pero el sonido del reloj en la Torre de los Ingleses no es salto a lo divino. Es acústica de la medición, la fragmentación y control del tiempo. A partir del Renacimiento, los relojes desplazan a los campanarios de las iglesias. Las campanas anunciaban la Misa, evento de lo ritual y sagrado. El reloj ahora mide el tiempo profano, el devenir de los asuntos mundanales. Y señala, recuerda, la importancia de no "perder tiempo", de utilizarlo correctamente para actividades útiles y lucrativas.
Por otra parte, la aguja del reloj moderno entra en conflicto con su otra dimensión: el péndulo. El vértice de la aguja batalla con el vaivén del péndulo. Lo pendular es el repetido ir hacia atrás (flecha hacia el pasado), y el ir hacia adelante (brazo hacia el futuro), siempre atravesando el capullo del presente. El tiempo pendular es continuo vaivén. Expansión hacia uno y otro lado. Expansión, lo contrario de una contracción. Y la aguja del reloj es esencialmente esa contracción. Aguja que siempre se contrae a señalar este instante, este presente, este ahora.
El tiempo contraído de la aguja es afín a la veleta que sostiene la cúpula de forma octogonal de la torre. La veleta de la Torre de los Ingleses representa a una fragata de tres mástiles de la época isabelina. La veleta se entrega al viento. Alternativamente, el viento sopla hacia los cuatro puntos cardinales, hacia todas las direcciones del mundo. Pero la veleta isabelina en realidad, sólo navega en una dirección; la empuja una fuerza unidireccional: el hambre de conquista del imperio británico. Un barco con la silueta típica de la época de la Reina Isabel, (como el de la veleta que aparenta ser permeable a todas las direcciones del espacio) es lo que ostenta el navío de Sir Francis Drake. La nave pirata que acomete la segunda circunnavegación de la Tierra. Nave que recorre todos los mares, todas las direcciones, pero siguiendo el único sendero de la ambición de conquista de las Islas Británicas. Así, la veleta isabelina finge moverse en cuatro direcciones, pero su popa, entre las espumas oceánicas, labra una senda de un único sentido.
Mirador
En su interior, un ascensor vidriado recorta los ambientes hasta desembocar en el sexto piso. Desde allí se accede a un mirador que redescubre la ciudad desde una perspectiva que permite apreciar principalmente el barrio de Retiro, su terminal ferroviaria y el Puerto de Buenos Aires.
Visitas guiadas
Con la reapertura de la Torre Monumental, la Ciudad se apropia de un nuevo espacio cultural. Con el fin de difundir nuestro patrimonio arquitectónico, la Dirección General de Desarrollo y Promoción Turística ha programado una serie de Visitas Guiadas - realizadas por experimentados guías - en las que el visitante podrá conocer tanto la historia del monumento como redescubrir el barrio de Retiro desde una perspectiva inédita.
sábado, 17 de septiembre de 2011
NOTA DE TAPA - China se avecina
En los ultimos 12 meses, los asiáticos
desembolsaron casi us$ 15.600 millones en Latinoamérica. El principal foco fue el petróleo.
desembolsaron casi us$ 15.600 millones en Latinoamérica. El principal foco fue el petróleo.
Ahora, tienen interés en
bancos y agro.
bancos y agro.
Latinoamérica se ha convertido en una de las regiones más apetecidas por el gigante chino. La operación más grande que hicieron en la región en el último año fue protagonizada por Sinopec, que compró 40% de Repsol Brasil en US$ 7.109 millones.
En lo que va desde el año 2010 hasta mediados de 2011, la Argentina recibió un 40% de las inversiones chinas en América latina, que fueron de US$ 15.584 millones, según un trabajo de la consultora Deloitte. El país quedó detrás de Brasil, que se alzó con casi un 60% de ese monto, también destinado mayormente a combustibles. Chile, capturó menos del 1% del interés chino en la región.
La china CNOOC compró el 60% de Pan American Energy (PAE), junto con el grupo local Bridas. Ambas ya contaban con el 40% de la empresa. Pagaron US$ 7.059 millones por la operación. Luego, le añadieron los activos de Esso en el país, por el que desembolsaron US$ 700 millones. Otra firma china, Sinopec, compró las posesiones de otra petrolera, la estadounidense Occidental, por las que pagaron US$ 2.500 millones.
Pero también el interés chino también va por otros sectores. Hubo un acercamiento del ICBC, una entidad de ese origen, con la filial argentina del Standard Bank, que es propiedad de un grupo sudafricano. Las familias locales Werthein y Sielecki tienen alrededor de un 25% del banco. En el mercado de fusiones y adquisiciones, dan por hecho que ya están en etapa de análisis de balances, aunque no se ha dado información oficial al respecto.
Por su parte, en Córdoba, se aprobó un proyecto para la construcción de un subterráneo que costaría US$ 1.800 millones. Sería una asociación entre la nacional Roggio y la China Railways International.
Ahora Río Negro
A partir de agosto, China oficializó que explotará tierras en Río Negro y que irá por más provincias
La empresa china Heilongjiang Group y el gobernador rionegrino Miguel Saiz brindaron detalles del controvertido proyecto de los asiáticos para producir soja en suelo patagónico en un acto al que también asistieron sectores ambientalistas, y todo derivó en una pelea a las trompadas.
Pero los movimientos de firmas como Heilongjiang Beidahuang State Farms Business Trade Group no son una rareza para los rionegrinos.
De hecho, el caso más resonante de China en la Patagonia tiene a esa provincia como epicentro. En esa jurisdicción, el capital asiático se aseguró en 2005 el dominio de un activo básico para la supervivencia de su aparato industrial.
En este sentido, la minera MCC mantiene bajo su poder la explotación del yacimiento de hierro Sierra Grande que produce unos 1,5 millones de toneladas de hierro crudo que son exportados de manera íntegra a China.
El volumen de riqueza ferrosa que esconde el suelo de Sierra Grande, aseguran especialistas del sector minero, es incalculable.
Dotado con una planta de procesamiento y hasta de un ferroducto de 31 kilómetros, el emprendimiento asiático se completa con un puerto propio instalado en Punta Colorada. En una conferencia de prensa que encabezó el gobernador de Río Negro, la firma estatal china Heilongjiang Beidahuang State Farms Business Trade Group oficializó el inicio de un proyecto de producción de cereales y alimentos en esa provincia patagónica. El anuncio de inversión llamó la atención no sólo por la cifra que involucra, unos u$s1.500 millones, sino también por los sucesos violentos -gritos y puñetazos- que acompañaron la presentación de la iniciativa. La propuesta, enfocada a una superficie total de 330.000 hectáreas, comprende la realización de obras de infraestructura e ingeniería de riego por parte de técnicos chinos. A cambio, los asiáticos tendrán exclusividad de compra de lo que se produzca en dichas tierras por espacio de 20 años. Precisamente este plazo, y el hecho de que el proyecto se lleve a cabo en los últimos valles de clima templado sin explotación intensiva de Sudamérica, viene despertando una fuerte oposición de organizaciones ambientalistas locales, que no dudaron en irrumpir en la presentación oficial del proyecto.
Pero éste no es el único punto que despierta resquemores. También se cuestiona la posibilidad de que el gobierno rionegrino absorba los gastos que deberá enfrentar la compañía china al momento de trasladar la producción a Asia.
En paralelo, el acuerdo rubricado con Heilongjiang Beidahuang State Farms Business Trade Group le otorga prioridad para operar en el puerto de San Antonio Este por 50 años. De esta forma, la firma contará con una dársena exclusiva para mover los alimentos que produzca.
La naturaleza de estos beneficios es lo que motivó una gresca de varios minutos, de la que tomaron parte ambientalistas y representantes de prensa de la gobernación rionegrina y la empresa asiática.
No obstante, por fuera del escándalo, el momento sirvió de presentación en sociedad de otro gigante chino que suma presencia en esa provincia patagónica. En un español dubitativo, Yueyang Weng, titular de la Cámara Internacional China y representante de Heilongjiang Beidahuang State Farms Business Trade Group en el país, precisó que el convenio con Río Negro imita acciones que la nación oriental ya viene desarrollando en distintos países de África.
El empresario dio por sentado que habrá más avances en la Argentina. "El primer paso es Río Negro. Después se podrá negociar con otras provincias. Se verá qué es lo que ofrece cada una. Pero sí es algo que se hará más adelante", anticipó el ejecutivo.
Cabe destacar que la presencia de capitales chinos, con "paciencia y estrategia milenaria", se fue diseminando a lo largo y ancho de toda la Argentina.
Cómo es el proyecto chino en Río Negro
En un primer término, la idea del conglomerado asiático, que en su país maneja más de 5 millones de hectáreas de granjas estatales y privadas, es montar el sistema de riego para poner en producción 330.000 hectáreas de valles.
La superficie en juego es, cuanto menos, significativa. Un ejemplo que se presta a la comparación: por estos días, la zona de producción destinada para producir manzanas y peras en Río Negro -territorio frutal por excelencia del país- totaliza 60.000 hectáreas.
El agua del Río Negro hoy se utiliza en buena medida para regar 143.000 hectáreas. Pero el potencial en las planicies rionegrinas es de 857.000 hectáreas. Sobre parte de esa tierra ociosa, los chinos harán efectiva la producción de cereales y otros cultivos.
Asimismo, desde el gobierno rionegrino declararon que no se venderán tierras fiscales, pues la inversión del gigante asiático se canalizará a obras en campos privados, en acuerdo con sus propietarios, a través de fideicomisos por 20 años.
Por otra parte, el proyecto para limitar la propiedad y el uso de tierras por extranjeros en la República Argentina recibió un importante impulso en la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados de la Nación. En una reunión que contó con una nutrida presencia de casi todas las bancadas se abordó el acuerdo firmado por Río Negro -a través de su gobernador- con la empresa estatal china Heilongjiang, y se pidió que se amplíe la restricción a la utilización de tierra por parte de estados extranjeros, por lo cual en alguna medida quedaría bajo la lupa el convenio sobre la utilización de 330.000 hectáreas en el Valle Medio e Inferior para exportaciones de cereales a China.
viernes, 16 de septiembre de 2011
ESTO PASÓ UN DIA DE SETIEMBRE... La Masonería en la Argentina
Un 1º de setiembre de 1859
se fundó la Masonería en la
República Argentina.
se fundó la Masonería en la
República Argentina.
Rodeada del misterio que corresponde a una asociación secreta, la Masonería tiene una larga y compleja historia en la que supo sumar enemigos acérrimos y defensores a ultranza.
Los orígenes de la sociedad son antiguos y oscuros. Algunos historiadores afirman que sus comienzos se remontan a los mismísimos tiempos de Adán, otros lo ubican en la época del rey Salomón, en los años en que las Cruzadas intentaban reconquistar Tierra Santa o en el esplendoroso Egipto de los faraones.
Pero la mayoría coincide en que la Masonería tuvo sus orígenes en los gremios de arquitectos y albañiles que durante la Edad Media construyeron las grandes catedrales góticas y se juramentaron para guardar los secretos de su oficio.
Es por eso que los símbolos de la sociedad son las herramientas de los albañiles: la plomada, el nivel, la escuadra y el compás. Los grupos o logias dispersos se unieron en el siglo XVIII, cuando Teófilo de Desagullere, profesor de Oxford y prediador anglicano de la corte inglesa, reunió las siete logias dispersas de Inglaterra y fundó la Gran Logia Unida. En ese momento nació la Masonería moderna.
Han sido masones filósofos como Voltaire, Goethe y Lessing; músicos como Beethoven, Hayden y Mozart; genios rectores como Federico el Grande, Napoleón, Garibaldi, Martí, Miranda, Cavour y Bolívar, poetas como Byron, Lamartine y Víctor Hugo; escritores como Castelar, Bacon, Mazzini y Kipling; científicos como Lalande, Condorcet y d´Alembert, etc.
Una de las creencias que une a los miembros de las logias es la figura del Gran Arquitecto del Universo, especie de ser supremo que simboliza al creador.
Como todos los datos que rodean a la sociedad, la fecha y forma en que llegó al país, es también fuente de confusión y polémica.
Algunos afirman que vino de Inglaterra pero hay quienes sostienen que fue traída por los españoles aproximadamente en 1795. Así, viajeros, comerciantes, militares, intelectuales procedentes de Inglaterra, España, Francia y Portugal, difundieron las logias en América del Sur.
En Buenos Aires, las primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del siglo XVIII. La primera logia en territorio argentino fue la "Logia Independencia", con protocolos de autorización otorgados por la Gran Logia General Escocesa de Francia. Dicha autorización data aproximadamente de 1795 y su sola denominación acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para las tierras americanas.
Según refirió Francisco Guilló en su libro Episodios Patrios, la logia funcionaba en un semiarruinado caserón, donde tiempo atrás el presbítero Juan Gutierrez Gonzalez y Aragón había levantado la Capilla de San Miguel, que posteriormente fue abandonada ante las dificultades que los grandes zanjones oponían para que los feligreses pudieran llegar a ella durante y después de las lluvias.
Por lo que toca a la "Logia Independencia", con ese nombre apareció otra logia, presidida por Julián B. Alvarez, en 1810, y es probable que no haya tenido continuidad con la homónima anterior. Esta logia dirigida por Alvarez es la que suministró los elementos básicos para la constitución de la Logia Lautaro, con la cual se inició el historial más importante de la masonería en la Emancipación.
Entre tantos datos dudosos, parece ser verdad que muchos argentinos ilustres fueron masones, entre ellos: Mariano Fragueiro (su presidente), Domingo F. Sarmiento, José Benjamín Gorostiaga, Nicasio Oroño, José María Gutierrez, Irineo Portela, Salvador María del Carril, José Francisco Seguí, José Mármol, Benjamín Victorica, Wenceslao Paunero, Nicanor Albarellos y el de los actores directos: Bartolomé Mitre, Santiago Derqui y al Gral. Urquiza, también masones.
Formaron parte del máximo tribunal argentino, Suprema Corte de Justicia, Salvador María del Carril, José Barros Pazos, José Benjamín Gorostiaga, José Figueroa Alcorta, Benjamín Victorica, Antonio Bermejo, Roberto Repetto y Antonio Sagarna.
Masones fueron varios presidentes de la República Argentina Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Sarmiento, Juárez Celman, Pellegrini, Manuel Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen, Agustín P. Justo.
También en el Congreso Nacional: Leandro N. Alem (ex-Gran Maestre), Aristóbulo del Valle, Joaquín Castellanos, Emilio Gouchón (ex-Gran Maestre), Belisario Roldán, Luis María Drago, Valentín Alsina, Delfín Gallo, Juan Balestra, Carlos Conforti, Juan Luis Ferrarotti y Lisandro de la Torre,
en unión de cientos de otros legisladores masones.
jueves, 15 de septiembre de 2011
LA SALUD - Fundación Favaloro - Educación Física y Salud
La falta de actividad física, o sedentarismo, produce en el organismo muchas alteraciones negativas: disminuye el gasto cardíaco y la captación de oxígeno en los tejidos, aumenta la frecuencia cardíaca, el peso corporal total y la grasa. También se reduce el agua corporal y el calcio en sangre. De los estudios científicos realizados sobre el tema surge que con el tiempo se asocia con: obesidad, diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis, diferentes tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares que pueden producir el infarto y el accidente cerebrovascular, y la aparición de demencia.
El ejercicio, por el contrario, mejora los componentes del fitness, que es la capacidad de realizar las actividades cotidianas con adecuada reserva y sin fatiga indebida, con energía para afrontar la emergencia y disfrutar de las actividades recreativas y/o deportivas. Estos componentes son: la capacidad cardíaca y respiratoria, la resistencia muscular, la fuerza, la flexibilidad y la composición corporal de grasa y músculo. Existe una relación inversa entre el grado de fitness y la mortalidad: a menor grado de fitness corresponde mayor mortalidad. Por el contrario, una persona que camina 60 minutos por día tiene el doble de sobrevida que la que no camina nada.
A rasgos generales, existen tres tipos de actividad física:
- Actividad regular: corresponde a la rutina diaria de trabajo o actividad de cada persona
- Actividad recreativa: son actividades que la persona realiza por placer, por ejemplo, la jardinería o las caminatas
- Actividad deportiva: correr, bicicleta, natación, golf, etc.
La suma de cualquier tipo de actividad dará como resultado el total de actividad física, mediante el cual podemos saber si una persona es lo suficientemente activa. Por ejemplo, si realiza menos de 30 minutos de actividad física por semana se considera que una persona es sedentaria. Por el contrario, una persona es activa si practica deportes al menos dos veces por semana y además camina 30 minutos por día y hace actividades recreativas.
Los médicos miden la capacidad funcional del individuo por medio de un estudio llamado ergometría o prueba de esfuerzo.
Beneficios del ejercicio
La actividad física regular es muy importante y brinda muchos más beneficios de los que uno se imagina:
- Reduce notablemente las posibilidades de complicaciones serias en pacientes con factores de riesgo cardiovascular o enfermedad ya establecida.
- Produce cambios orgánicos y psicológicos que ayudan a controlar el peso. Se queman más calorías durante el ejercicio pero además, si este se realiza regularmente, se logra un aumento del metabolismo global que lleva finalmente a un gasto mayor. Esto es lo que permite en gran medida mantener a largo plazo el descenso de peso.
- Produce efectos positivos sobre el sistema cardiopulmonar y favorece una mejor entrega, distribución y utilización del oxígeno en el cuerpo.
- Mejora la presión arterial. Reduce los niveles de triglicéridos y colesterol total, bajando el colesterol malo (LDL) y subiendo el bueno (HDL).
- Mejora la respuesta de las células a la insulina. Esto es clave en el tratamiento del paciente con resistencia a la insulina, síndrome metabólico o diabetes.
- Estimula el sistema inmunológico y refuerza las defensas.
- Previene la osteoporosis y mejora la movilidad de articulaciones.
- Reduce el estrés, la ansiedad, refuerza la autoestima y promueve liberación de sustancias como las endorfinas que brindan sensación de bienestar.
- Reduce la mortalidad hasta un 25%
- Mejora la fuerza y resistencia muscular, con lo cual el individuo adquiere mayor eficiencia para las actividades de la vida cotidiana
MEJORA LA CALIDAD DE VIDA
Recomendaciones para lograr beneficios con el ejercicio
Una actividad física moderada, por ejemplo, caminar entre 30 y 60 minutos por día a una velocidad de 6 kilómetros por hora, es lo más recomendable. A esto habría que agregarle cualquier otra actividad diaria para sumar movimiento.
Es necesario hacer hincapié en que los mayores beneficios se logran practicando actividad moderada. Si uno pasa directamente a una actividad vigorosa no obtiene beneficio adicional pero sí se corren otro tipo de riesgos (osteoarticulares y cardíacos). Es necesario respetar las pautas que da el especialista y las señales de alarma de cada organismo, como la fatiga excesiva o la taquicardia exagerada.
Los ejercicios más recomendados son los aeróbicos de intensidad moderada, como la natación, el ciclismo y las caminatas, el yoga, el tai-chi-chuan, las actividades recreativas y artísticas y los hobbies.
Antes de comenzar una actividad física es conveniente:
Identificar si se encuentra dentro de un grupo de riesgo (diabético, anciano, con enfermedad cardiovascular, etc.) para que un especialista indique la actividad más acorde.
Realizar un examen cardiovascular y ortopédico
Calcular el fitness previo
En base a estos tres puntos el especialista indica el plan de entrenamiento adecuado para cada persona.
Los niños que comienzan una actividad física deberían efectuarse un control pediátrico para descartar cardiopatías congénitas. Se desaconseja que practiquen deportes vigorosos hasta los 11 años de edad.
Debemos tener en cuenta que, para que el ejercicio tenga los efectos beneficiosos esperados, siempre debe ir acompañado de una dieta sana y del respeto por las posibilidades y los límites de cada uno..
El ejercicio, por el contrario, mejora los componentes del fitness, que es la capacidad de realizar las actividades cotidianas con adecuada reserva y sin fatiga indebida, con energía para afrontar la emergencia y disfrutar de las actividades recreativas y/o deportivas. Estos componentes son: la capacidad cardíaca y respiratoria, la resistencia muscular, la fuerza, la flexibilidad y la composición corporal de grasa y músculo. Existe una relación inversa entre el grado de fitness y la mortalidad: a menor grado de fitness corresponde mayor mortalidad. Por el contrario, una persona que camina 60 minutos por día tiene el doble de sobrevida que la que no camina nada.
A rasgos generales, existen tres tipos de actividad física:
- Actividad regular: corresponde a la rutina diaria de trabajo o actividad de cada persona
- Actividad recreativa: son actividades que la persona realiza por placer, por ejemplo, la jardinería o las caminatas
- Actividad deportiva: correr, bicicleta, natación, golf, etc.
La suma de cualquier tipo de actividad dará como resultado el total de actividad física, mediante el cual podemos saber si una persona es lo suficientemente activa. Por ejemplo, si realiza menos de 30 minutos de actividad física por semana se considera que una persona es sedentaria. Por el contrario, una persona es activa si practica deportes al menos dos veces por semana y además camina 30 minutos por día y hace actividades recreativas.
Los médicos miden la capacidad funcional del individuo por medio de un estudio llamado ergometría o prueba de esfuerzo.
Beneficios del ejercicio
La actividad física regular es muy importante y brinda muchos más beneficios de los que uno se imagina:
- Reduce notablemente las posibilidades de complicaciones serias en pacientes con factores de riesgo cardiovascular o enfermedad ya establecida.
- Produce cambios orgánicos y psicológicos que ayudan a controlar el peso. Se queman más calorías durante el ejercicio pero además, si este se realiza regularmente, se logra un aumento del metabolismo global que lleva finalmente a un gasto mayor. Esto es lo que permite en gran medida mantener a largo plazo el descenso de peso.
- Produce efectos positivos sobre el sistema cardiopulmonar y favorece una mejor entrega, distribución y utilización del oxígeno en el cuerpo.
- Mejora la presión arterial. Reduce los niveles de triglicéridos y colesterol total, bajando el colesterol malo (LDL) y subiendo el bueno (HDL).
- Mejora la respuesta de las células a la insulina. Esto es clave en el tratamiento del paciente con resistencia a la insulina, síndrome metabólico o diabetes.
- Estimula el sistema inmunológico y refuerza las defensas.
- Previene la osteoporosis y mejora la movilidad de articulaciones.
- Reduce el estrés, la ansiedad, refuerza la autoestima y promueve liberación de sustancias como las endorfinas que brindan sensación de bienestar.
- Reduce la mortalidad hasta un 25%
- Mejora la fuerza y resistencia muscular, con lo cual el individuo adquiere mayor eficiencia para las actividades de la vida cotidiana
MEJORA LA CALIDAD DE VIDA
Recomendaciones para lograr beneficios con el ejercicio
Una actividad física moderada, por ejemplo, caminar entre 30 y 60 minutos por día a una velocidad de 6 kilómetros por hora, es lo más recomendable. A esto habría que agregarle cualquier otra actividad diaria para sumar movimiento.
Es necesario hacer hincapié en que los mayores beneficios se logran practicando actividad moderada. Si uno pasa directamente a una actividad vigorosa no obtiene beneficio adicional pero sí se corren otro tipo de riesgos (osteoarticulares y cardíacos). Es necesario respetar las pautas que da el especialista y las señales de alarma de cada organismo, como la fatiga excesiva o la taquicardia exagerada.
Los ejercicios más recomendados son los aeróbicos de intensidad moderada, como la natación, el ciclismo y las caminatas, el yoga, el tai-chi-chuan, las actividades recreativas y artísticas y los hobbies.
Antes de comenzar una actividad física es conveniente:
Identificar si se encuentra dentro de un grupo de riesgo (diabético, anciano, con enfermedad cardiovascular, etc.) para que un especialista indique la actividad más acorde.
Realizar un examen cardiovascular y ortopédico
Calcular el fitness previo
En base a estos tres puntos el especialista indica el plan de entrenamiento adecuado para cada persona.
Los niños que comienzan una actividad física deberían efectuarse un control pediátrico para descartar cardiopatías congénitas. Se desaconseja que practiquen deportes vigorosos hasta los 11 años de edad.
Debemos tener en cuenta que, para que el ejercicio tenga los efectos beneficiosos esperados, siempre debe ir acompañado de una dieta sana y del respeto por las posibilidades y los límites de cada uno..
Fuente: fundacionfavaloro.org
miércoles, 14 de septiembre de 2011
MEDICINA ALTERNATIVA - Ganoderma Lucidum
La investigación sobre Ganoderma Lucidum encontrado en el GanoCafé 3 en 1 incluye las estructuras moleculares de sus componentes bioactivos, tales como polisacáridos, triterpenoides, inmunoproteínas y nucleósidos (Mizuno y Kin, 1995) y sus mecanismos funcionales (Chen, 2003) . Este hongo es muy conocido como Inmunoestimulante e inmunomodulador.
Durante centurias, la literatura japonesa y china han resaltado a Ganoderma Lucidum por sus efectos vigorizantes de la salud, especialmente en lo concerniente al incremento de la longevidad, al tratamiento del cáncer, la resistencia y la recuperación de las enfermedades. Los guías himalayos lo han empleado para combatir la enfermedad ocasionada por las grandes altitudes. Los indios Mayas tradicionalmente lo usan para combatir una variedad de enfermedadades transmisibles. Reishi, como es llamado Ganoderma lucidum, ha llegado a ser especialmente popular en años recientes entre los grupos de alto riesgo, los infectados de VIH (Stamets,1993).
De Ganoderma se han aislado un grupo complejo de polisacáridos que se reportan como estimulantes del sistema inmunológico, aumentando la producción de monocitos, macrófagos y citoquinas(http//www.viable-herbal.com/singles/herbs/s495.htm, 2003). Una teoría es que estos polisacáridos estimulan la producción de células “T” ayudantes, las cuales atacan las células infectadas (Stamets, 1993).
La adicción a los narcóticos deprime las funciones del sistema inmunitario. Se ha demostrado que los polisacárido-péptidos del Ganoderma Lucidum encontrado en el GanoCafé 3 en 1 pueden restablecer el Sistema Inmunológico deprimido por el uso de morfina y que puede ser potencialmente benéfico en el tratamiento de cáncer. Los polisacáridos de Ganoderma Lucidum son quimiopreventivos, inhiben la formación de 8-hidroxideoxiguanosina que representa un daño oxidativo en el DNA. La radioterapia, la quimioterapia y el uso repetitivo de morfinas para remediar el dolor, aunque indispensables en el tratamiento del cáncer pueden suprimir las funciones del sistema inmunológico. El estrés y el envejecimiento también pueden causar el deterioro de esta función (Liu, 1999 a).
Una inyección previa de un antioxidante de Ganoderma, restauró casi al 100% todos los parámetros bioquímicos disturbados por el uso de quimioterapia con adriamicina o cisplatina que induce nefrotoxicidad por estrés oxidativo. La cardiotoxicidad inducida en ratas ha sido revertida con extractos de Ganoderma con dosis de 125, 250 y 500 mg/Kg/día, durante 2 semanas. También se ha demostrado la reversión de la función inmunológica por los polisacaridos de Ganoderma lucidum, cuando esta se ha empeorado con mitomicina, 5 FU, citarabín, el estrés y el envejecimiento (Liu, 1999 a).
También se han aislado ácidos ganodéricos a partir de de Ganoderma Lucidum o Ling Zhi con efectos anticoagulantes sobre la sangre y disminuidor de los niveles de colesterol (Morigawa et al., 1986), siendo muy importante su acción sobre la reducción de los niveles de lipoproteína de baja densidad y también actúa sobre los triglicéridos. Ganoderma Lucidum exhibe propiedades antibacteriales y antioxidantes (http//www.viable-herbal.com/singles/herbs/s495.htm, 2003). El polvo de “laminillas” no extractadas o extractos del hongo han mostrado actividad antiinflamatoria comparable a la hidrocortisona (Stavinoha et al., 1990).
Ganoderma lucidum puede curar cáncer, el síndrome de fatiga crónica, la degeneración del hígado, desórdenes de la sangre (Stamets,1993).
Otro de los beneficios biomédicos potenciales de Ganoderma Lucidum es contrarrestar el problema de la resistencia microbiana principalmente a Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa. Los extractos de setas y sus derivados han demostrado actividades antimicrobianas, entre ellos, los metabo- litos secun- darios extra- celulares como secreciones miceliares presentan actividad antibacteriana y antivírica; los exudados del micelio del hongo tienen actividad antimicrobiana y antiparasítica contra Plasmodium falciparum, el agente causal de la malaria (Chen, 2003).
Los polisacáridos de la pared celular de Ganoderma Lucidum y sus triterpenoides también han mostrado actividad antimicrobiana; más específicamente sus extractos actúan contra Bacillus y no parecen tener efecto contra otro tipo de bacterias. Los triterpenos del complejo Ganoderma applanatum exhiben actividad antibacteriana principalmente contra bacterias grampositivas, tales como Bacillus cereus y Staphylococcus aureus (Gerber et al., 2000).
En algunos casos cuando no ha resultado el tratamiento convencional contra determinadas enfermedades, Ganoderma puede ser útil; así por ejemplo en algunos estudios clínicos, se ha logrado el mejoramiento de esclerodermia facial (Liu, 1999 b).
También se ha comprobado que Ganoderma Lucidum es un auxiliar importante por su eficacia para el tratamiento de alergias Inhibiendo la producción de histamina por lo cual reduce la respuesta alergénica, mal de Alzheimer, aumentado la capacidad intelectual y mejorando la memoria. Actúa como analgésico y anti-inflamatorio, por lo cual es útil en el tratamiento de enfermedades inflamatorias incluyendo la artritis. Para el cáncer se puede emplear conjuntamente con los tratamientos convencionales, la quimioterapia, la radiación y la cirugía; ha demostrado su eficacia en la reducción tumoral de cáncer de pulmones, senos, hígado, páncreas, recto, riñones y cerebro. Previene la formación de coágulos de sangre evitando daño al corazón y posibles infartos al miocardio; previene la angina de pecho, la arritmia cardíaca facilitando la circulación sanguínea de las arterias coronarias. Aumenta la capacidad vital del organismo inhibiendo la fatiga. Es un hepatoprotector potente que no interfiere en el metabolismo de los alimentos. Controla eficazmente la hiperglicemia, facilitando la segregación insulínica del páncreas.Estimula la actividad inmunológica de los linfocitos “T” inhibiendo la propagación del VIH. Mediante su administración diaria controla la hipertensión, por su acción normopresora arterial periférica sin efectos colaterales (http:// www.hongoskamuhro.com.mx/index.htm).
Otras enfermedades sobre las que actúa el GanoCafé 3 en 1 con Ganoderma Lucidum son: gastritis, hemorroides, anorexia, nefritis, dismenorrea, constipación, lupus eritematoso, leucopenia,prevención del olvido en la vejez, etc.
Durante centurias, la literatura japonesa y china han resaltado a Ganoderma Lucidum por sus efectos vigorizantes de la salud, especialmente en lo concerniente al incremento de la longevidad, al tratamiento del cáncer, la resistencia y la recuperación de las enfermedades. Los guías himalayos lo han empleado para combatir la enfermedad ocasionada por las grandes altitudes. Los indios Mayas tradicionalmente lo usan para combatir una variedad de enfermedadades transmisibles. Reishi, como es llamado Ganoderma lucidum, ha llegado a ser especialmente popular en años recientes entre los grupos de alto riesgo, los infectados de VIH (Stamets,1993).
De Ganoderma se han aislado un grupo complejo de polisacáridos que se reportan como estimulantes del sistema inmunológico, aumentando la producción de monocitos, macrófagos y citoquinas(http//www.viable-herbal.com/singles/herbs/s495.htm, 2003). Una teoría es que estos polisacáridos estimulan la producción de células “T” ayudantes, las cuales atacan las células infectadas (Stamets, 1993).
La adicción a los narcóticos deprime las funciones del sistema inmunitario. Se ha demostrado que los polisacárido-péptidos del Ganoderma Lucidum encontrado en el GanoCafé 3 en 1 pueden restablecer el Sistema Inmunológico deprimido por el uso de morfina y que puede ser potencialmente benéfico en el tratamiento de cáncer. Los polisacáridos de Ganoderma Lucidum son quimiopreventivos, inhiben la formación de 8-hidroxideoxiguanosina que representa un daño oxidativo en el DNA. La radioterapia, la quimioterapia y el uso repetitivo de morfinas para remediar el dolor, aunque indispensables en el tratamiento del cáncer pueden suprimir las funciones del sistema inmunológico. El estrés y el envejecimiento también pueden causar el deterioro de esta función (Liu, 1999 a).
Una inyección previa de un antioxidante de Ganoderma, restauró casi al 100% todos los parámetros bioquímicos disturbados por el uso de quimioterapia con adriamicina o cisplatina que induce nefrotoxicidad por estrés oxidativo. La cardiotoxicidad inducida en ratas ha sido revertida con extractos de Ganoderma con dosis de 125, 250 y 500 mg/Kg/día, durante 2 semanas. También se ha demostrado la reversión de la función inmunológica por los polisacaridos de Ganoderma lucidum, cuando esta se ha empeorado con mitomicina, 5 FU, citarabín, el estrés y el envejecimiento (Liu, 1999 a).
También se han aislado ácidos ganodéricos a partir de de Ganoderma Lucidum o Ling Zhi con efectos anticoagulantes sobre la sangre y disminuidor de los niveles de colesterol (Morigawa et al., 1986), siendo muy importante su acción sobre la reducción de los niveles de lipoproteína de baja densidad y también actúa sobre los triglicéridos. Ganoderma Lucidum exhibe propiedades antibacteriales y antioxidantes (http//www.viable-herbal.com/singles/herbs/s495.htm, 2003). El polvo de “laminillas” no extractadas o extractos del hongo han mostrado actividad antiinflamatoria comparable a la hidrocortisona (Stavinoha et al., 1990).
Ganoderma lucidum puede curar cáncer, el síndrome de fatiga crónica, la degeneración del hígado, desórdenes de la sangre (Stamets,1993).
Otro de los beneficios biomédicos potenciales de Ganoderma Lucidum es contrarrestar el problema de la resistencia microbiana principalmente a Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa. Los extractos de setas y sus derivados han demostrado actividades antimicrobianas, entre ellos, los metabo- litos secun- darios extra- celulares como secreciones miceliares presentan actividad antibacteriana y antivírica; los exudados del micelio del hongo tienen actividad antimicrobiana y antiparasítica contra Plasmodium falciparum, el agente causal de la malaria (Chen, 2003).
Los polisacáridos de la pared celular de Ganoderma Lucidum y sus triterpenoides también han mostrado actividad antimicrobiana; más específicamente sus extractos actúan contra Bacillus y no parecen tener efecto contra otro tipo de bacterias. Los triterpenos del complejo Ganoderma applanatum exhiben actividad antibacteriana principalmente contra bacterias grampositivas, tales como Bacillus cereus y Staphylococcus aureus (Gerber et al., 2000).
En algunos casos cuando no ha resultado el tratamiento convencional contra determinadas enfermedades, Ganoderma puede ser útil; así por ejemplo en algunos estudios clínicos, se ha logrado el mejoramiento de esclerodermia facial (Liu, 1999 b).
También se ha comprobado que Ganoderma Lucidum es un auxiliar importante por su eficacia para el tratamiento de alergias Inhibiendo la producción de histamina por lo cual reduce la respuesta alergénica, mal de Alzheimer, aumentado la capacidad intelectual y mejorando la memoria. Actúa como analgésico y anti-inflamatorio, por lo cual es útil en el tratamiento de enfermedades inflamatorias incluyendo la artritis. Para el cáncer se puede emplear conjuntamente con los tratamientos convencionales, la quimioterapia, la radiación y la cirugía; ha demostrado su eficacia en la reducción tumoral de cáncer de pulmones, senos, hígado, páncreas, recto, riñones y cerebro. Previene la formación de coágulos de sangre evitando daño al corazón y posibles infartos al miocardio; previene la angina de pecho, la arritmia cardíaca facilitando la circulación sanguínea de las arterias coronarias. Aumenta la capacidad vital del organismo inhibiendo la fatiga. Es un hepatoprotector potente que no interfiere en el metabolismo de los alimentos. Controla eficazmente la hiperglicemia, facilitando la segregación insulínica del páncreas.Estimula la actividad inmunológica de los linfocitos “T” inhibiendo la propagación del VIH. Mediante su administración diaria controla la hipertensión, por su acción normopresora arterial periférica sin efectos colaterales (http:// www.hongoskamuhro.com.mx/index.htm).
Otras enfermedades sobre las que actúa el GanoCafé 3 en 1 con Ganoderma Lucidum son: gastritis, hemorroides, anorexia, nefritis, dismenorrea, constipación, lupus eritematoso, leucopenia,prevención del olvido en la vejez, etc.
Medicina, Noticias, Testimonios
por Equipo Centro Médico D´vinci
por Equipo Centro Médico D´vinci
martes, 13 de septiembre de 2011
PERSONAJES - Ana Beker: la amazona de las Américas
Ana Beker era argentina, sus padres eran letones. El 1 de octubre de 1950, partió de Buenos Aires (Argentina), llegando el 6 de julio de 1954 a Ottawa (Canadá).
Esta hija de agricultores había consagrado cuatro años de su vida a unir a caballo las capitales mas distantes de las dos Américas, y sobre todo a realizar su sueño.
Parte de la pampa con dos caballos Criollos, Príncipe y Churrito, y llega a los rascacielos con Furia y Chiquito Luchador. La "gaucha rubia", que hablaba fuerte y que tenía un revolver calibre 38 en la cintura, atravesó Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y de Texas volvió a partir rumbo a Nueva Orleáns, Washington, Nueva York y Montreal antes de llegar a su destino.
Alentando a sus caballos con besos y golpecitos de fusta, la "Amazona de las Américas" tuvo que protegerlos de las mordeduras de los murciélagos, nutrirlos tanto con arroz como con carozos de maíz, salvarlos de los ataques de los cóndores en los Andes y de los de jaguares en la jungla, y si les frotaba con ajo sus cuartillas, no era para alejarles los vampiros, sino para impedir que se acercaran las serpientes venenosas.
Casi al pasar, ella cuenta cómo elude el pedido de matrimonio de un cacique, atraviesa sin dificultad la guerra civil en Colombia, comparte el sueño de un buscador de tesoros en el lago Titicaca y escapa de los cazadores de vicuñas, sin murmurar cuando uno de sus caballos le da una patada. Ana Beker escribe de manera sencilla, no rebuscada, sin drama, y es así como se puede percibir mejor su talento, que se notará durante su viaje.
Atacados por los cóndores
De forma trágica, y con algunos días de diferencia, Príncipe y Churrito, los dos caballos Criollos de Ana Beker murieron en los alrededores de La Paz, Bolivia. La sorprendente anécdota que reproducimos aquí se desarrolla en Perú. Luchador, un caballo gris de doce o trece años, de buena apariencia y una yegua zaina de catorce años son los nuevos compañeros para continuar el viaje.
"Sucedió durante una de mis solitarias paradas, cuando contemplaba emocionada el grandioso espectáculo que me brindaban las cumbres y los precipicios de la Cordillera. Los cóndores sobrevolaban mi cabeza, con una majestuosidad que parecían los reyes de los Andes.
Estaba sentada con los pies al borde de un camino muy angosto, en forma de caracol, y los caballos estaban parados unos metros mas lejos, muy atentos. En semejante terreno, es difícil olvidarse el peligro de caer en el precipicio. Luchador se encontraba un poco mas alejado, buscando hierba entre las piedras. De pronto, vi un gran cóndor volar en picada hasta mi caballo. Luego, otro, y luego tres, cuatro cóndores describían en el aire círculos majestuosos alrededor de Luchador, quien se inquietó cuando el ave le dio un terrible golpe con su ala; después lo ataca otro, lo cual me espantó tanto como a mi caballo. Entonces, los cóndores comenzaron a golpear a diestra y siniestra con sus enormes alas a mi pobre montura. Comprendí inmediatamente su intención: trataban de desequilibrar a Luchador para que perdiera pie y se desbarrancara.
Me abalancé sobre Luchador en el momento apropiado para ajustar su protector de cabeza e impedir que cayera al precipicio. Los cóndores retomaron altura, luego, sin preocuparse por mi presencia, volvieron a la carga. Se les veía furiosos por no poder cumplir con su objetivo. Aquello fue un verdadero combate; el caballo estaba aterrorizado y yo gritaba girando los brazos para espantarlos. Se alejaron un poco y entonces aproveché para atar el cabestro a una piedra grande. Volví cerca de mi equipaje, y con mi revólver disparé tres o cuatro tiros. Las detonaciones mantuvieron a las aves de rapiña a una buena distancia, lo cual me permitió llevar a los caballos hasta un lugar más espacioso y mas seguro.
Este suceso fue el que mas me asustó durante mi viaje. Las aves tardaron bastante en desaparecer, lo hicieron cuando se convencieron de haber perdido su presa. Yo desconocía esta actitud de los cóndores, pero luego supe que procedían de esa manera con los burros, las mulas o los caballos abandonados a causa su edad por los Indios. Si los encontraban en esos parajes escarpados y abruptos, los hacían caer como ya les he explicado. Una vez caídos y muertos, se precipitaban todos para atracarse con sus despojos hasta no dejar mas que los huesos. Yo misma vi cómo , cerca de Abancay, un mula vieja y desgarbada que probablemente se habría alejado de la manada era atacada por los cóndores. La golpeaban con sus alas hasta hacerla caer al suelo. Me asomé por la falla en la que había caído y vi a los cóndores desmembrarla y destrozarla con furia a picotazos. Sin saber de dónde venían, aparecieron de pronto decenas de aves de rapiña que sobrevolaban el lugar de la encarna. Cuando los cóndores se alejaron, se acercaron los buitres..."
La amazona de las Américas, un libro culto
La Amazona de las Américas inspiró a toda una generación de expedicionarios a caballo. Cuando se sabe que se trata del periplo de una mujer que, en 1950 montó un caballo en Buenos Aires y llegó cuatro años mas tarde a Ottawa, se dice que no hay nada sorprendente en ello. Nada, no, salvo el hecho que nadie entre ellos nunca lo había leído, por una buena razón: fue editado en Argentina en el año 1957 con menos de 3000 ejemplares, nunca traducido, irremediablemente agotado, este libro no dejó de existir.
Esta hija de agricultores había consagrado cuatro años de su vida a unir a caballo las capitales mas distantes de las dos Américas, y sobre todo a realizar su sueño.
Parte de la pampa con dos caballos Criollos, Príncipe y Churrito, y llega a los rascacielos con Furia y Chiquito Luchador. La "gaucha rubia", que hablaba fuerte y que tenía un revolver calibre 38 en la cintura, atravesó Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y de Texas volvió a partir rumbo a Nueva Orleáns, Washington, Nueva York y Montreal antes de llegar a su destino.
Alentando a sus caballos con besos y golpecitos de fusta, la "Amazona de las Américas" tuvo que protegerlos de las mordeduras de los murciélagos, nutrirlos tanto con arroz como con carozos de maíz, salvarlos de los ataques de los cóndores en los Andes y de los de jaguares en la jungla, y si les frotaba con ajo sus cuartillas, no era para alejarles los vampiros, sino para impedir que se acercaran las serpientes venenosas.
Casi al pasar, ella cuenta cómo elude el pedido de matrimonio de un cacique, atraviesa sin dificultad la guerra civil en Colombia, comparte el sueño de un buscador de tesoros en el lago Titicaca y escapa de los cazadores de vicuñas, sin murmurar cuando uno de sus caballos le da una patada. Ana Beker escribe de manera sencilla, no rebuscada, sin drama, y es así como se puede percibir mejor su talento, que se notará durante su viaje.
Atacados por los cóndores
De forma trágica, y con algunos días de diferencia, Príncipe y Churrito, los dos caballos Criollos de Ana Beker murieron en los alrededores de La Paz, Bolivia. La sorprendente anécdota que reproducimos aquí se desarrolla en Perú. Luchador, un caballo gris de doce o trece años, de buena apariencia y una yegua zaina de catorce años son los nuevos compañeros para continuar el viaje.
"Sucedió durante una de mis solitarias paradas, cuando contemplaba emocionada el grandioso espectáculo que me brindaban las cumbres y los precipicios de la Cordillera. Los cóndores sobrevolaban mi cabeza, con una majestuosidad que parecían los reyes de los Andes.
Estaba sentada con los pies al borde de un camino muy angosto, en forma de caracol, y los caballos estaban parados unos metros mas lejos, muy atentos. En semejante terreno, es difícil olvidarse el peligro de caer en el precipicio. Luchador se encontraba un poco mas alejado, buscando hierba entre las piedras. De pronto, vi un gran cóndor volar en picada hasta mi caballo. Luego, otro, y luego tres, cuatro cóndores describían en el aire círculos majestuosos alrededor de Luchador, quien se inquietó cuando el ave le dio un terrible golpe con su ala; después lo ataca otro, lo cual me espantó tanto como a mi caballo. Entonces, los cóndores comenzaron a golpear a diestra y siniestra con sus enormes alas a mi pobre montura. Comprendí inmediatamente su intención: trataban de desequilibrar a Luchador para que perdiera pie y se desbarrancara.
Me abalancé sobre Luchador en el momento apropiado para ajustar su protector de cabeza e impedir que cayera al precipicio. Los cóndores retomaron altura, luego, sin preocuparse por mi presencia, volvieron a la carga. Se les veía furiosos por no poder cumplir con su objetivo. Aquello fue un verdadero combate; el caballo estaba aterrorizado y yo gritaba girando los brazos para espantarlos. Se alejaron un poco y entonces aproveché para atar el cabestro a una piedra grande. Volví cerca de mi equipaje, y con mi revólver disparé tres o cuatro tiros. Las detonaciones mantuvieron a las aves de rapiña a una buena distancia, lo cual me permitió llevar a los caballos hasta un lugar más espacioso y mas seguro.
Ana Beker con Libertad Lamarque |
Este suceso fue el que mas me asustó durante mi viaje. Las aves tardaron bastante en desaparecer, lo hicieron cuando se convencieron de haber perdido su presa. Yo desconocía esta actitud de los cóndores, pero luego supe que procedían de esa manera con los burros, las mulas o los caballos abandonados a causa su edad por los Indios. Si los encontraban en esos parajes escarpados y abruptos, los hacían caer como ya les he explicado. Una vez caídos y muertos, se precipitaban todos para atracarse con sus despojos hasta no dejar mas que los huesos. Yo misma vi cómo , cerca de Abancay, un mula vieja y desgarbada que probablemente se habría alejado de la manada era atacada por los cóndores. La golpeaban con sus alas hasta hacerla caer al suelo. Me asomé por la falla en la que había caído y vi a los cóndores desmembrarla y destrozarla con furia a picotazos. Sin saber de dónde venían, aparecieron de pronto decenas de aves de rapiña que sobrevolaban el lugar de la encarna. Cuando los cóndores se alejaron, se acercaron los buitres..."
La amazona de las Américas, un libro culto
La Amazona de las Américas inspiró a toda una generación de expedicionarios a caballo. Cuando se sabe que se trata del periplo de una mujer que, en 1950 montó un caballo en Buenos Aires y llegó cuatro años mas tarde a Ottawa, se dice que no hay nada sorprendente en ello. Nada, no, salvo el hecho que nadie entre ellos nunca lo había leído, por una buena razón: fue editado en Argentina en el año 1957 con menos de 3000 ejemplares, nunca traducido, irremediablemente agotado, este libro no dejó de existir.
lunes, 12 de septiembre de 2011
HISTORIA - El Colegio Nacional de Buenos Aires
Ya desde su fundación, el Colegio Nacional de
Buenos Aires acuñó un espíritu humanista y
universalista respecto del conocimiento
Buenos Aires acuñó un espíritu humanista y
universalista respecto del conocimiento
El Colegio Nacional de Buenos Aires tiene su sede en la calle Bolívar 263, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es uno de los edificios de la tradicional Manzana de las Luces, ubicada en el barrio porteño de Monserrat, en pleno Centro de la ciudad. A sólo 200 metros de la Plaza de Mayo, forma parte del casco histórico urbano.
En el lugar donde hoy funciona este establecimiento educativo funcionaron diversas instituciones escolares, siglos antes de su fundación. Suelen ser consideradas, incluso por el mismo colegio, como si se tratara de una única institución.
Su historia
La historia del Colegio Nacional de Buenos Aires remonta hasta 1654, cuando el Cabildo encomendó a los jesuitas atender la educación juvenil. En 1661 se instalaron en el solar que desde entonces sería la "manzana de las luces": Bolívar, Moreno, Perú y Alsina.
Expulsados en 1767, allí Vértiz fundó el Real Colegio de San Carlos, donde bajo la guía de Maziel los próceres fundadores (desde Saavedra hasta Moreno, desde Rivadavia hasta Dorrego, desde Monteagudo hasta Pueyrredón) hallaron su cuna intelectual y moral.
Pueyrredón creó más tarde el Colegio Unión del Sud, donde cursó Urquiza; y Rivadavia el de Ciencias Morales, que educó a Echeverría y Alberdi (Sarmiento perdió el sorteo del ingreso).
Hacia 1863, Bartolomé Mitre creó en el mismo lugar el Colegio Nacional, pivote de su política integradora de porteños y provincianos. Es el de Agüero, Amadeo Jacques y Miguel Cané, quien relata sus aventuras en el Colegio en el libro Juvenilia. Incorporado a la Universidad de Buenos Aires en 1911, estudiaron en él los dos primeros Premios Nobel argentinos y cuatro presidentes.
A partir de 1955, con la autonomía universitaria, el Colegio recobró su función de escuela piloto de experimentación. Incorporó a las mujeres, alumnas y docentes. Las primeras alumnas ingresaron en 1959 y se graduaron en 1964. Muchas de sus experiencias han trascendido primordialmente a las escuelas organizadas por otras universidades nacionales, y es considerado una de las instituciones educativas más prestigiosas de la Argentina.
En sus claustros procura enseñar a pensar, inferir, entender, transmitir. Valora sólo el saber y la conducta. Concebido como un centro formativo y participativo, ha logrado, en el plano disciplinario, un razonable equilibrio entre orden y libertad.
Estadísticamentesu éxito se acredita por el rendimiento de sus bachilleres en las universidades, así como por la obtención de importantísimas distinciones nacionales e intemacionales: Olimpíada lnternacional de informática de Bielorrusia 1990, Olimpíada Iberoamericana de Matemática de Valladolid 1990, Premio Borges de Poesía 1991, Becas del Instituto Científico Weizmann (1991 y 1992), entre otras.
En el Colegio Nacional de Buenos Aires cursan aproximadamente 2.100 alumnos. Su plan de estudios matiza Humanidades y Ciencias; su sexto año orientado registra equivalencias con el Ciclo Básico Común, y toda su estructura educativa intenta ser una síntesis de tradición y modernidad.
El edificio
El actual edificio del CNBA fue proyectado en el año 1906 por Norbert Maillart, también autor del Correo Central y del Palacio de Justicia. El presidente José Figueroa Alcorta y el ministro de justicia e instrucción pública Rómulo S. Naón encabezaron el acto de colocación de la piedra fundamental en septiembre de 1910, y la construcción comenzó, a cargo de "Zacarías Marioni, Hno. y Compañía". Al año siguiente se revocó el contrato para iniciar uno nuevo con Vinent, Maupas y Jáuregui, hasta que finalmente en 1915 la GEOPÉ se hizo cargo de la construcción.
El edificio sería inaugurado completo recién el 25 de mayo de 1938 por el presidente Roberto M. Ortiz.3
Claustro Central
El estilo predominante es el academicismo francés, destacándose el techo a mansarda, la imponente fachada con galería y los amplios claustros de techos altos en el interior.
El establecimiento cuenta con tres pisos (más un subsuelo y la mansarda). Dentro se encuentra el Aula Magna, inspirada en la Sala Principal de la Ópera de París, y equipada con un órgano de 3600 tubos (el más grande de la Ciudad) También sobresale la biblioteca de más de cien mil volúmenes, cuya hemeroteca es la más completa de Argentina en publicaciones del siglo XIX. En la terraza hay un observatorio equipado con un telescopio. Allí varios alumnos asisten a charlas, cursos y observaciones astronómicas.
Pasillo del Subsuelo
Las instalaciones del CNBA también cuentan con un Salón de Usos Múltiples, un Microcine con capacidad para más de doscientos espectadores, una pileta de natación, un comedor, dos patios, archivo de discos, una vieja sala de tiro, gabinetes de Ciencias, Artes Plásticas y geografía, aulas en las que se dictan clases, una biblioteca con mas de 130.000 libros, revistas y folletos y un salón de informática.
sábado, 10 de septiembre de 2011
TURISMO - Parque Nacional El Rey
El Parque Nacional El Rey fue creado en el año 1948 con el fin de preservar un sector de las yungas y ambientes de transición entre éstas y el chaco serrano.
El área protegida abarca una superficie de 44.162 hectáreas en la provincia de Salta.
Desde los cerros que predominan en el paisaje del parque, bajan las aguas de numerosos arroyos que confluyen en el río Popayán.
Los ambientes que protege pertenecen a las eco-regiones selva montana o yungas del noroeste argentino y chaco seco. El clima es subtropical cálido, con temperaturas máximas absolutas par el continente. Las precipitaciones son estivales y varían entre 500 y 700 mm.
El área estuvo ocupada desde tiempos remotos por grupos indígenas agricultores, los más antiguos habitantes de las yungas. Sus asentamientos se ubicaban en lomas bajas cercanas a los terrenos llanos para el cultivo.
Origen del nombre del Parque
En el Siglo XVIII la antigua Finca “El Rey” fue uno de los fuertes de la frontera oriental de Salta y Jujuy, dependientes del Virreinato del Alto Perú. Fue adjudicada en 1767, por Merced Real, al Coronel Fernández Cornejo y Rendón, quien había ejecutado ese año la expulsión de los Jesuitas. Con posterioridad, el Coronel Cornejo fue el primer explorador histórico del Chaco Gualamba y el Río Bermejo hasta su unión con el Paraguay.
De aquellos acontecimientos proviene el actual nombre del Parque y los cimientos de “La Sala”, antiguo casco de la Estancia El Rey que pueden observarse hoy en la zona ubicada frente a la Intendencia.
Paseos y servicios
El Parque Nacional El Rey es un destino ideal para la observación de fauna, en particular aves silvestres. La mejor época para visitar el área es entre mayo y noviembre.
Hay un sitio de campamento agreste ubicado en las cercanías del Centro Operativo, que cuenta con fogones, agua potable y sanitarios.
Existen varios senderos y caminos para explorar los diferentes ambientes:
Laguna Los Patitos: ubicada a 1,5 km del Centro Operativo, cerca del camino de acceso. Constituye un ambiente muy indicado para la observación de aves acuáticas y algún mamífero palustre. La duración del recorrido es de 1 hora.
Río Popayán: a 10 km del Centro Operativo, se llega por un camino de ripio. Es un recorrido apto para hacerlo en vehículo, y recorrer el bosque chaqueño. Su duración es de 2 horas.
Pozo Verde: a 12 km del Centro Operativo, los primeros tres kilómetros se recorren por un camino sin consolidar, aunque transitable. El resto es una senda peatonal que incluye el sendero de interpretación autoguiado Los Ocultos. La duración de este paseo es de todo el día.
Campo Santa Elena y Cascada Los Lobitos: se llega por un camino sin consolidar, apto para el tránsito de vehículos, distante unos 4 km del Centro Operativo. Recorre un área de contacto entre el chaco serrano y la selva de transición. Su duración es de 2 horas.
Sendero de la Chuña: es un atajo acondicionado para caminatas, que va desde el Centro Operativo hasta el primer cruce del Arroyo la Sala en el camino a Pozo Verde, en el punto de inicio del sendero Los Ocultos. La duración de este recorrido es de 1 hora.
Sendero Los Ocultos: es un sendero peatonal y autoguiado, con 1,5 km de largo atraviesa la selva de transición. Comienza a 3 km del Centro Operativo sobre el camino a Pozo Verde. Su duración es de 2 horas.
Sendero Chorro de los Loros: es un sendero peatonal que presenta una dificultad media o alta, por lo que se recomienda consultar al guardaparque sobre el estado del mismo. A lo largo de sus 10 km recorre la selva de transición. Se inicia cerca del Centro Operativo. La duración del recorrido es de todo el día.
Contactos
Parque Nacional El Rey - España 366, 3º piso (4400) Salta - Teléfono: (0387) 4312-683
Correo electrónico: elrey@apn.gov.ar
Administración de Parques Nacionales
Av. Santa Fe 690 C1059ABN - Buenos Aires,
Tel: (011) 4311-6633/0303 Correo electrónico: informes@apn.gov.ar
El área protegida abarca una superficie de 44.162 hectáreas en la provincia de Salta.
Desde los cerros que predominan en el paisaje del parque, bajan las aguas de numerosos arroyos que confluyen en el río Popayán.
Los ambientes que protege pertenecen a las eco-regiones selva montana o yungas del noroeste argentino y chaco seco. El clima es subtropical cálido, con temperaturas máximas absolutas par el continente. Las precipitaciones son estivales y varían entre 500 y 700 mm.
El área estuvo ocupada desde tiempos remotos por grupos indígenas agricultores, los más antiguos habitantes de las yungas. Sus asentamientos se ubicaban en lomas bajas cercanas a los terrenos llanos para el cultivo.
Origen del nombre del Parque
En el Siglo XVIII la antigua Finca “El Rey” fue uno de los fuertes de la frontera oriental de Salta y Jujuy, dependientes del Virreinato del Alto Perú. Fue adjudicada en 1767, por Merced Real, al Coronel Fernández Cornejo y Rendón, quien había ejecutado ese año la expulsión de los Jesuitas. Con posterioridad, el Coronel Cornejo fue el primer explorador histórico del Chaco Gualamba y el Río Bermejo hasta su unión con el Paraguay.
De aquellos acontecimientos proviene el actual nombre del Parque y los cimientos de “La Sala”, antiguo casco de la Estancia El Rey que pueden observarse hoy en la zona ubicada frente a la Intendencia.
Paseos y servicios
El Parque Nacional El Rey es un destino ideal para la observación de fauna, en particular aves silvestres. La mejor época para visitar el área es entre mayo y noviembre.
Hay un sitio de campamento agreste ubicado en las cercanías del Centro Operativo, que cuenta con fogones, agua potable y sanitarios.
Existen varios senderos y caminos para explorar los diferentes ambientes:
Laguna Los Patitos: ubicada a 1,5 km del Centro Operativo, cerca del camino de acceso. Constituye un ambiente muy indicado para la observación de aves acuáticas y algún mamífero palustre. La duración del recorrido es de 1 hora.
Río Popayán: a 10 km del Centro Operativo, se llega por un camino de ripio. Es un recorrido apto para hacerlo en vehículo, y recorrer el bosque chaqueño. Su duración es de 2 horas.
Pozo Verde: a 12 km del Centro Operativo, los primeros tres kilómetros se recorren por un camino sin consolidar, aunque transitable. El resto es una senda peatonal que incluye el sendero de interpretación autoguiado Los Ocultos. La duración de este paseo es de todo el día.
Campo Santa Elena y Cascada Los Lobitos: se llega por un camino sin consolidar, apto para el tránsito de vehículos, distante unos 4 km del Centro Operativo. Recorre un área de contacto entre el chaco serrano y la selva de transición. Su duración es de 2 horas.
Sendero de la Chuña: es un atajo acondicionado para caminatas, que va desde el Centro Operativo hasta el primer cruce del Arroyo la Sala en el camino a Pozo Verde, en el punto de inicio del sendero Los Ocultos. La duración de este recorrido es de 1 hora.
Sendero Los Ocultos: es un sendero peatonal y autoguiado, con 1,5 km de largo atraviesa la selva de transición. Comienza a 3 km del Centro Operativo sobre el camino a Pozo Verde. Su duración es de 2 horas.
Sendero Chorro de los Loros: es un sendero peatonal que presenta una dificultad media o alta, por lo que se recomienda consultar al guardaparque sobre el estado del mismo. A lo largo de sus 10 km recorre la selva de transición. Se inicia cerca del Centro Operativo. La duración del recorrido es de todo el día.
Contactos
Parque Nacional El Rey - España 366, 3º piso (4400) Salta - Teléfono: (0387) 4312-683
Correo electrónico: elrey@apn.gov.ar
Administración de Parques Nacionales
Av. Santa Fe 690 C1059ABN - Buenos Aires,
Tel: (011) 4311-6633/0303 Correo electrónico: informes@apn.gov.ar
viernes, 9 de septiembre de 2011
SUPLEMENTO LITERARIO - Entrelineasliteral - Setiembre de 2011
Victoria Ocampo
Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo nació el 7 de abril de 1890 a las 16:00 hs. en la calle Viamonte 482, en una familia aristocrática íntimamente relacionada con la historia de la República Argentina. Hija de Manuel Ocampo, ingeniero y constructor de caminos y de Ramona Aguirre Herrera, tuvo cinco hermanas, entre las cuales está Silvina Ocampo, también escritora. Durante su infancia fue educada por institutrices, aprendiendo francés, inglés y español. En 1896 viaja con la familia a Europa y queda fascinada con París, lugar que volvería varias veces en su vida. En 1912, Victoria Ocampo contrae matrimonio con Bernardo de Estrada, pero estando de luna de miel por Europa descubre una carta de su esposo hacia su padre que le aseguraba que "los delirios de Victoria por ser actriz desaparecerían cuando quedara embarazada", hecho que la enfurece y se divorcia al poco tiempo. En 1916 conoce a José Ortega y Gasset y ambos quedan impresionados, Victoria Ocampo por la "inteligencia efervescente" del filósofo y éste llamándola “Gioconda de las pampas”. En 1920 publica su primera nota en el diario "La nación", donde habla de la desigualdad entre los seres humanos. En 1924 llega a Buenos Aires Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo lo hospeda en una propiedad de la familia, mostrando gran admiración hacia él. En 1931 funda la revista Sur, donde escribirían muchos de los escritores más importantes del siglo. Dos años más tarde funda la editorial Sur para divulgar la mejor literatura de la época y solventar la revista. En 1946, Juan Domingo Perón promete en un discurso darle el voto a la mujer, algo que Victoria Ocampo venía promoviendo, pero la escritora no está de acuerdo que sea un gobierno antidemocrático el que promueva eso. Años más tarde, la familia es marcada por los peronistas como "oligarcas disidentes", siendo presa política en 1953. Estando de visita en Buenos Aires, Indira Gandhi le otorga el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Visva Barathi a Victoria Ocampo. Tiempo antes de morir afectada por un cáncer, Victoria Ocampo decide donar Villa Ocampo y Villa Victoria a la UNESCO.
Falleció en Buenos Aires el 27 de enero de 1979.
Falleció en Buenos Aires el 27 de enero de 1979.
Mimoso
Desde hacía cinco días Mimoso agonizaba. Mercedes con una cucharita le daba leche, jugo de frutas y té. Mercedes llamó por teléfono al embalsamador, dio la altura y el largo del perro y pidió los precios. Embalsamarlo iba a costar casi un mes de sueldo. Cortó la comunicación y pensó llevarlo inmediatamente para que no se estropeara demasiado. Al mirarse en el espejo vio que sus ojos estaban muy hinchados por el llanto y decidió esperar la muerte de Mimoso. Junto a la estufa de kerosene, colocó un platito y volvió a darle leche al perro, pero con la cucharita. Ya no abría la boca y la leche se derramó por el suelo. A las ocho llegó el marido, lloraron juntos y se consolaron pensando en el embalsamamiento. Imaginaron al perro en la entrada de la habitación, con sus ojos de vidrio, cuidando simbólicamente la casa.
A la mañana siguiente Mercedes metió al perro adentro de una bolsa. Estaba muerto. Hizo un paquete con arpillera y papel de diario para no llamar la atención en el colectivo y lo llevó a la tienda del embalsamador. En el escaparate de la casa vio muchos pájaros, monos embalsamados y víboras. La hicieron esperar. El hombre apareció en mangas de camisa, fumando un cigarro toscano. Tomó el paquete, diciendo:
—Me trajo el perro. ¿Cómo lo quiere? —Mercedes pareció no comprender. El hombre trajo un álbum lleno de dibujos—. ¿Lo quiere sentado, acostado o parado? ¿Sobre un soporte de madera negra o pintadito de blanco? ¿Cómo lo quiere?
Mercedes miró sin ver nada :
—Sentadito, con las patitas cruzadas.
—¿Con las patitas cruzadas? —repitió el hombre, como si no le gustara.
—Como usted quiera —dijo Mercedes, ruborizándose.
Hacía calor, un calor sofocante. Mercedes se quitó el abrigo.
—Vamos a ver al animal —dijo el hombre, abriendo el paquete. Tomó a Mimoso por las patas traseras, y continuó—: No está tan gordito como su dueña —y lanzó una carcajada. La miró de arriba abajo y ella bajó los ojos—. Cuando lo vea listo le va a dar ganas de comerlo.
Mercedes dijo, tratando de contener sus deseos de abofetear o de quitar el perro al hombre:
—Quiero que tenga un soporte de madera como aquél —le enseñó el que sostenía una paloma mensajera.
—Veo que la señora tiene buen gusto —musitó el hombre—, ¿Y los ojos de qué los quiere? De vidrio resultará un poco más caro.
—Los quiero de vidrio —respondió Mercedes.
—¿Verdes, azules o amarillos?
—Amarillos —dijo Mercedes, impetuosamente—. Tenía los ojos amarillos como las mariposas.
—¿Y usted les vio los ojos a las mariposas?
—Como las alas —protestó Mercedes—, como las alas de las mariposas.
—¡Ya me parecía! Tiene que pagar adelantado —dijo el hombre.
—Ya lo sé —respondió Mercedes—, me dijo por teléfono —abrió su cartera y sacó los billetes; los contó y los dejó sobre la mesa. El hombre le dio el recibo—. ¿Cuándo estará listo para venir a buscarlo? —preguntó, guardando el recibo en su cartera.
—No hace falta. Se lo llevaré yo el veinte del mes que viene.
—Vendré a buscarlo con mi marido —respondió Mercedes y salió precipitadamente de la casa.
Las amigas de Mercedes supieron que el perro había muerto y quisieron saber qué habían hecho con el cadáver. Mercedes dijo que lo habían hecho embalsamar y nadie le creyó. Muchas personas rieron. Ella resolvió que era mejor decir que lo había tirado por ahí. Con su tejido en la mano esperaba como Penélope, tejiendo, la llegada del perro embalsamado. Pero el perro no llegaba. Mercedes todavía lloraba y se secaba las lágrimas con el pañuelo floreado.
El día convenido Mercedes recibió un llamado telefónico: el perro ya estaba embalsamado, sólo faltaba ir a buscarlo. El hombre no podía ir tan lejos. Mercedes y su marido fueron a buscar al perro en un taxímetro.
—Lo que nos ha hecho gastar este perro —dijo el marido de Mercedes, en el taxímetro, mirando los números que subían.
—Un hijo no hubiera costado más —dijo Mercedes, sacando su pañuelo del bolsillo y enjugándose las lágrimas.
—Bueno, basta; ya lloraste bastante. En la casa del embalsamador tuvieron que esperar. Mercedes no hablaba, pero su marido la miraba atentamente.
—¿La gente no dirá que estás loca? —inquirió su marido con una sonrisa.
—Peor para ellos —respondió Mercedes apasionadamente—. No tienen corazón, y la vida es muy triste para los que no tienen corazón. Nadie los quiere.
—Mujer, tienes razón.
El embalsamador trajo casi demasiado pronto al perro. Sobre un pie de madera barnizada de oscuro, semisentado, con los ojos de vidrio y el hocico barnizado estaba Mimoso. Nunca había parecido de mejor salud; estaba gordo, bien peinado y lustroso, lo único que le faltaba era hablar. Mercedes lo acarició con sus manos trémulas; lágrimas saltaron de sus ojos y cayeron sobre la cabeza del perro.
—No me lo moje —dijo el embalsamador—. Y lávese la mano.
—Sólo le falta hablar —dijo el marido de Mercedes—. ¿Cómo hace estas maravillas?
—Con venenos, señor. Todo el trabajo lo hago con venenos, con guantes y anteojos, de otro modo, me intoxicaría. Es un sistema personal. ¿No hay niños en su casa?
—No.
—¿Será peligroso para nosotros? —preguntó Mercedes.
—Únicamente si lo comen —respondió el hombre.
—Tenemos que envolverlo —dijo Mercedes, después de secar sus lágrimas.
El embalsamador envolvió el animal embalsamado en papeles de diario y entregó el paquete al marido de Mercedes. Salieron con alegría. En el camino hablaron del lugar donde colocarían a Mimoso. Eligieron el vestíbulo de la casa, junto a la mesita del teléfono en donde Mimoso los esperaba cuando ellos salían.
Después de examinar el trabajo del embalsamador, una vez en la casa, colocaron al perro en el lugar elegido. Mercedes se sentó frente a él para mirarlo: ese perro muerto la acompañaría como la había acompañado el mismo perro vivo, la defendería de los ladrones y de la soledad. Le acarició la cabeza con la punta de los dedos y cuando creyó que el marido no la miraba, le dio un beso furtivo.
—¿Qué dirán tus amigas, cuando vean esto? —inquirió el marido—. Que dirá el tenedor de libros de la Casa Merluchi.
—Cuando venga a cenar lo guardaré en el armario o diré que fue un regalo de la señora del segundo piso.
—Tendrás que decírselo a la señora.
—Se lo diré —dijo Mercedes.
Aquella noche bebieron un vino especial y se acostaron más tarde que de costumbre.
La señora del segundo piso sonrió ante el pedido de Mercedes. Comprendió la perversidad del mundo ante el cual una mujer no puede mandar embalsamar a su perro sin que la crean loca.
Mercedes era más feliz con el perro embalsamado que con el perro vivo; no le daba de comer, no tenía que sacarlo para que orinara, ni tenía que bañarlo, no le ensuciaba la casa ni le mordía el felpudo. Pero la felicidad no es duradera. Bajo la forma de un anónimo llegó la maledicencia a esa casa. Un dibujo horrible ilustraba las palabras. El marido de Mercedes tembló de indignación: el fuego ardía en la cocina menos que en su corazón. Tomó al perro sobre sus rodillas, lo quebró en varias partes como si fuese una rama seca y, lo arrojó al horno que estaba abierto.
—Que sea o que no sea verdad no importa, lo que importa es que lo digan.
—No me impedirás que sueñe con él —gritó Mercedes y se acostó en la cama vestida—. Sé quién es el hombre perverso que hace anónimos. Es ese tenedor de porquería. No volverá a entrar en esta casa.
—Tendrás que recibirlo. Esta noche viene a cenar.
—¿Esta noche? —dijo Mercedes. Saltó de la cama y corrió a la cocina a preparar la cena, con una sonrisa en los labios. Puso junto al perro el asado de tira, en el horno.
Preparó la comida más temprano que de costumbre.
—Hay asado con cuero —anunció Mercedes.
Antes de saludar, junto a la puerta, el invitado se restregó las manos, al tomar el olor que venía del horno. Después, mientras se servía, dijo:
—Estos animales parecen embalsamados —miró con admiración los ojos del perro.
—En China —dijo Mercedes—, me han dicho que la gente come perros ¿será cierto o será un cuento chino?
—Yo no sé. Pero en todo caso, yo por nada del mundo los comería.
—No hay que decir "de este perro no comeré" —respondió Mercedes, con una sonrisa encantadora.
—De esta agua no beberé —corrigió el marido.
El invitado se asombró de que Mercedes hablara con tanto desparpajo de los perros.
—Tendremos que llamar al peluquero —dijo el invitado, viendo la carne con cuero donde asomaban algunos pelos y, riendo a carcajadas, con una risa contagiosa, preguntó—: ¿La carne con cuero se come con salsa?
—Es una novedad —contestó Mercedes. El invitado se sirvió de la fuente, chupó un pedazo de cuero untado con salsa, lo mascó y cayó muerto.
—Mimoso todavía me defiende —dijo Mercedes, recogiendo los platos y secando sus lágrimas, pues lloraba cuando reía.
FIN
A la mañana siguiente Mercedes metió al perro adentro de una bolsa. Estaba muerto. Hizo un paquete con arpillera y papel de diario para no llamar la atención en el colectivo y lo llevó a la tienda del embalsamador. En el escaparate de la casa vio muchos pájaros, monos embalsamados y víboras. La hicieron esperar. El hombre apareció en mangas de camisa, fumando un cigarro toscano. Tomó el paquete, diciendo:
—Me trajo el perro. ¿Cómo lo quiere? —Mercedes pareció no comprender. El hombre trajo un álbum lleno de dibujos—. ¿Lo quiere sentado, acostado o parado? ¿Sobre un soporte de madera negra o pintadito de blanco? ¿Cómo lo quiere?
Mercedes miró sin ver nada :
—Sentadito, con las patitas cruzadas.
—¿Con las patitas cruzadas? —repitió el hombre, como si no le gustara.
—Como usted quiera —dijo Mercedes, ruborizándose.
Hacía calor, un calor sofocante. Mercedes se quitó el abrigo.
—Vamos a ver al animal —dijo el hombre, abriendo el paquete. Tomó a Mimoso por las patas traseras, y continuó—: No está tan gordito como su dueña —y lanzó una carcajada. La miró de arriba abajo y ella bajó los ojos—. Cuando lo vea listo le va a dar ganas de comerlo.
Mercedes dijo, tratando de contener sus deseos de abofetear o de quitar el perro al hombre:
—Quiero que tenga un soporte de madera como aquél —le enseñó el que sostenía una paloma mensajera.
—Veo que la señora tiene buen gusto —musitó el hombre—, ¿Y los ojos de qué los quiere? De vidrio resultará un poco más caro.
—Los quiero de vidrio —respondió Mercedes.
—¿Verdes, azules o amarillos?
—Amarillos —dijo Mercedes, impetuosamente—. Tenía los ojos amarillos como las mariposas.
—¿Y usted les vio los ojos a las mariposas?
—Como las alas —protestó Mercedes—, como las alas de las mariposas.
—¡Ya me parecía! Tiene que pagar adelantado —dijo el hombre.
—Ya lo sé —respondió Mercedes—, me dijo por teléfono —abrió su cartera y sacó los billetes; los contó y los dejó sobre la mesa. El hombre le dio el recibo—. ¿Cuándo estará listo para venir a buscarlo? —preguntó, guardando el recibo en su cartera.
—No hace falta. Se lo llevaré yo el veinte del mes que viene.
—Vendré a buscarlo con mi marido —respondió Mercedes y salió precipitadamente de la casa.
Las amigas de Mercedes supieron que el perro había muerto y quisieron saber qué habían hecho con el cadáver. Mercedes dijo que lo habían hecho embalsamar y nadie le creyó. Muchas personas rieron. Ella resolvió que era mejor decir que lo había tirado por ahí. Con su tejido en la mano esperaba como Penélope, tejiendo, la llegada del perro embalsamado. Pero el perro no llegaba. Mercedes todavía lloraba y se secaba las lágrimas con el pañuelo floreado.
El día convenido Mercedes recibió un llamado telefónico: el perro ya estaba embalsamado, sólo faltaba ir a buscarlo. El hombre no podía ir tan lejos. Mercedes y su marido fueron a buscar al perro en un taxímetro.
—Lo que nos ha hecho gastar este perro —dijo el marido de Mercedes, en el taxímetro, mirando los números que subían.
—Un hijo no hubiera costado más —dijo Mercedes, sacando su pañuelo del bolsillo y enjugándose las lágrimas.
—Bueno, basta; ya lloraste bastante. En la casa del embalsamador tuvieron que esperar. Mercedes no hablaba, pero su marido la miraba atentamente.
—¿La gente no dirá que estás loca? —inquirió su marido con una sonrisa.
—Peor para ellos —respondió Mercedes apasionadamente—. No tienen corazón, y la vida es muy triste para los que no tienen corazón. Nadie los quiere.
—Mujer, tienes razón.
El embalsamador trajo casi demasiado pronto al perro. Sobre un pie de madera barnizada de oscuro, semisentado, con los ojos de vidrio y el hocico barnizado estaba Mimoso. Nunca había parecido de mejor salud; estaba gordo, bien peinado y lustroso, lo único que le faltaba era hablar. Mercedes lo acarició con sus manos trémulas; lágrimas saltaron de sus ojos y cayeron sobre la cabeza del perro.
—No me lo moje —dijo el embalsamador—. Y lávese la mano.
—Sólo le falta hablar —dijo el marido de Mercedes—. ¿Cómo hace estas maravillas?
—Con venenos, señor. Todo el trabajo lo hago con venenos, con guantes y anteojos, de otro modo, me intoxicaría. Es un sistema personal. ¿No hay niños en su casa?
—No.
—¿Será peligroso para nosotros? —preguntó Mercedes.
—Únicamente si lo comen —respondió el hombre.
—Tenemos que envolverlo —dijo Mercedes, después de secar sus lágrimas.
El embalsamador envolvió el animal embalsamado en papeles de diario y entregó el paquete al marido de Mercedes. Salieron con alegría. En el camino hablaron del lugar donde colocarían a Mimoso. Eligieron el vestíbulo de la casa, junto a la mesita del teléfono en donde Mimoso los esperaba cuando ellos salían.
Después de examinar el trabajo del embalsamador, una vez en la casa, colocaron al perro en el lugar elegido. Mercedes se sentó frente a él para mirarlo: ese perro muerto la acompañaría como la había acompañado el mismo perro vivo, la defendería de los ladrones y de la soledad. Le acarició la cabeza con la punta de los dedos y cuando creyó que el marido no la miraba, le dio un beso furtivo.
—¿Qué dirán tus amigas, cuando vean esto? —inquirió el marido—. Que dirá el tenedor de libros de la Casa Merluchi.
—Cuando venga a cenar lo guardaré en el armario o diré que fue un regalo de la señora del segundo piso.
—Tendrás que decírselo a la señora.
—Se lo diré —dijo Mercedes.
Aquella noche bebieron un vino especial y se acostaron más tarde que de costumbre.
La señora del segundo piso sonrió ante el pedido de Mercedes. Comprendió la perversidad del mundo ante el cual una mujer no puede mandar embalsamar a su perro sin que la crean loca.
Mercedes era más feliz con el perro embalsamado que con el perro vivo; no le daba de comer, no tenía que sacarlo para que orinara, ni tenía que bañarlo, no le ensuciaba la casa ni le mordía el felpudo. Pero la felicidad no es duradera. Bajo la forma de un anónimo llegó la maledicencia a esa casa. Un dibujo horrible ilustraba las palabras. El marido de Mercedes tembló de indignación: el fuego ardía en la cocina menos que en su corazón. Tomó al perro sobre sus rodillas, lo quebró en varias partes como si fuese una rama seca y, lo arrojó al horno que estaba abierto.
—Que sea o que no sea verdad no importa, lo que importa es que lo digan.
—No me impedirás que sueñe con él —gritó Mercedes y se acostó en la cama vestida—. Sé quién es el hombre perverso que hace anónimos. Es ese tenedor de porquería. No volverá a entrar en esta casa.
—Tendrás que recibirlo. Esta noche viene a cenar.
—¿Esta noche? —dijo Mercedes. Saltó de la cama y corrió a la cocina a preparar la cena, con una sonrisa en los labios. Puso junto al perro el asado de tira, en el horno.
Preparó la comida más temprano que de costumbre.
—Hay asado con cuero —anunció Mercedes.
Antes de saludar, junto a la puerta, el invitado se restregó las manos, al tomar el olor que venía del horno. Después, mientras se servía, dijo:
—Estos animales parecen embalsamados —miró con admiración los ojos del perro.
—En China —dijo Mercedes—, me han dicho que la gente come perros ¿será cierto o será un cuento chino?
—Yo no sé. Pero en todo caso, yo por nada del mundo los comería.
—No hay que decir "de este perro no comeré" —respondió Mercedes, con una sonrisa encantadora.
—De esta agua no beberé —corrigió el marido.
El invitado se asombró de que Mercedes hablara con tanto desparpajo de los perros.
—Tendremos que llamar al peluquero —dijo el invitado, viendo la carne con cuero donde asomaban algunos pelos y, riendo a carcajadas, con una risa contagiosa, preguntó—: ¿La carne con cuero se come con salsa?
—Es una novedad —contestó Mercedes. El invitado se sirvió de la fuente, chupó un pedazo de cuero untado con salsa, lo mascó y cayó muerto.
—Mimoso todavía me defiende —dijo Mercedes, recogiendo los platos y secando sus lágrimas, pues lloraba cuando reía.
FIN
La mujer y su expresión
Lo primero en que pienso en hablaros, lo principal, es que vuestra vos y la nuestra están venciendo a mi gran enemigo el Atlántico. Que ya lo han vencido. Cada palabra oída simultáneamente en las dos orillas nos exorciza de la distancia. Y contra la distancia he vivido en perenne rebeldía.
Por más que renazca después de cada palabra pronunciada, por más que inunde todos los pequeños silencios, por más que surja apenas nuestro soplo no puede prolongarse, sabemos ahora que nuestro grito la traspasa. Sabemos que nuestra voz la mata. Y es para mí una felicidad matarla entre nosotros. He visto siempre en el Atlántico un símbolo de la distancia. Me ha separado siempre de seres y cosas queridas. Sino era Europa, era América lo que echaba de menos.
Cuando a mi regreso de los Estados Unidos atravesé el canal de Panamá y entré por primera vez en el Pacífico, di gracias al cielo de no haber tenido que sufrir este océano, junto al cual el Atlántico es un Mediterráneo. Y sin embargo comprendo que lo se interpone entre mí y ese sufrimiento no es el inmenso biombo de los Andes, sino el que trato de no pensar en su existencia. Pues el Pacífico me separa también de países por los cuales sentiría nostalgia si me dejara llevar.
No se puede gustar verdaderamente un pedazo de la tierra sin sentir que pertenece a la tierra entera. Por eso los océanos, en cuanto símbolos de la distancia y de la separación, son enemigos míos. Interrumpen a la tierra. Quizás algún día hagamos de ellos hermosos caminos rápidos y seguros. Mientras tanto, hay que navegarlos gota a gota.
Pero pasemos directamente a aquello de que quería hablaros: la necesidad de expresión de la mujer. Tratemos, pues, de olvidar un poco esta alegría de vencer la distancia. Tratemos de olvidar que la victoria lograda sobre la distancia está transformando al mundo; idea que bastaría por sí sola para distraerme de todo lo demás durante la media hora de que dispongo. Convenzámonos de que esta misteriosa victoria momentánea no debe conmovernos ni sorprendernos. Tomemos las cosas extraordinarias con naturalidad, como en los sueños. ¿No he soñado acaso una vez, sin asombro, que vivía en una casa rodeada de un jardín mitad bañado en la luz de la mañana y mitad en la del crepúsculo?
Mi voz recorre hoy ese jardín de sueños. Mientras que los nuestros están despojados, halla entre vosotros hojas en los árboles, y mientras suena en nuestros cuartos cerrados por el frío, entra en los vuestros con todos los ruidos del verano. Esta idea me encanta, me arrastra tras sí, a pesar mío, como el zumbido de las abejas o el canto de las cigarras en los calores de enero cuando, niña, estaba yo en clase. La persigo, a pesar mío, con tremendo deseo de escaparme de mi tema, de hacerle la rabona - como decimos aquí -, de hacer novillos - como dicen allá. Pero seamos razonables, ya que no hay manera de no serlo.
El año pasado asistí, por casualidad, a la conversación telefónica, entre Buenos Aires y Berlín, de un hombre de negocios. Hablaba a la mujer para hacerle unos encargos. Empezó así: "no me interrumpas". Ella obedeció tan bien, y él tomó tan en serio su monólogo, que los tres minutos reglamentarios transcurrieron sin que la pobre mujer tuviera ocasión de emitir un sonido. Y como mi hombre de negocios era tacaño, en eso paró la conversación. Pues bien, yo que he sido invitada a venir a hablaros y que se me paga por hacerlo, quisiera deciros: "Interrumpidme. Este monólogo no me hace feliz. Es a vosotros a quienes quiero hablar y no a mí misma. Os quiero sentir presentes. ¿ Y cómo podría yo saber que estáis presentes, que me escucháis, si no me interrumpís?"
Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer, apenas entran en cierto terreno, empieza por un "no me interrumpas" de parte del hombre. Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él (La conversación entre hombres no es sino una forma dialogada de este monólogo). Se diría que el hombre no siente o siente muy débilmente la necesidad de intercambio que es la conversación con ese otro ser semejante y sin embargo distinto a él: la mujer. Que en el mejor de los casos no tiene ninguna afición a las interrupciones. Y que en el peor las prohíbe. Por lo tanto, el hombre se contenta con hablarse a sí mismo y poco le importa que lo oigan. En cuanto a oír él, es cosa que apenas le preocupa.
Durante siglos, habiéndose dado cuenta cabal de que la razón del más fuerte es siempre la mejor (por más que no debiera serlo), la mujer se ha resignado a repetir, por lo común, migajas del monólogo masculino, disimulando a veces entre ellas algo de su cosecha. Pero a pesar de sus cualidades de perro fiel que busca refugio a los pies del amo que la castiga, ha acabado por encontrar cansadora e inútil la faena. Luchando contra estas cualidades que el hombre ha interpretado a menudo como signos de una naturaleza inferior a la suya, o que ha respetado porque ayudaban a hacer de la mujer una estatua que se coloca en su nicho para que se quede ahí "sage come une image"; luchando, digo, contra esa inclinación que la lleva a ofrecerse en holocausto, se ha atrevido a decirse con firmeza desconocida hasta ahora: "El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos ni de mis pensamientos. ¿Por qué he resignarme a repetirlo? Tengo otra cosa que expresar. Otros sentimientos, otros dolores han destrozado mi vida, otras alegrías la han iluminado desde hace siglos".
La mujer, de acuerdo con sus medios, su talento, su vocación, en muchos dominios, en muchos países - y aún en los que eran más hostiles- trata hoy, cada vez más, de expresarse y lo logra cada vez mejor. No se puede pensar en la ciencia francesa actual sin pronunciar el nombre de Marie Curie, en la literatura inglesa sin que surja el de Virginia Woolf, en el de América Latina sin pensar en Gabriela Mistral. En cuanto a vosotros, para no hablar sino de ella, os envidiamos a María de Maeztu, mujer admirable que ha hecho por la juventud femenina española, gracias a su auténtico genio educador, lo que yo quisiera verla hacer por la nuestra. Por cierto, estoy convencida de que la mujer se expresa también, de que se ha expresado ya maravillosamente, fuera del terreno de la ciencia y de las artes.
Que esta expresión ha enriquecido, en todos los tiempos, la existencia, y que ha sido tan importante en la historia de la humanidad como la expresión del hombre. Aunque de una calidad secreta y sutil menos llamativa, como es menos llamativo el plumaje de la faisana que el de faisán.
La más completa expresión de la mujer, el niño, es una obra que exige, en las que tienen consciencia de ello, infinitamente más precauciones, escrúpulos, atención sostenida, rectificaciones delicadas, respeto inteligente y puro amor que el que exige la creación de un poema inmortal. Pues no se trata sólo de llevar nueve meses y de dar a luz seres sanos de cuerpo, sino de darlos a luz espiritualmente. Es decir, no sólo de vivir junto a ellos, con ellos, sino ante ellos.
Creo más que todo en la fuerza del ejemplo. No hay otra manera de predicar a los grandes ni a los pequeños. No hay otra manera de convencerlos. Si falla, es que no había remedio. El niño, pues, por su sola presencia ha exigido de la mujer consciente que se expresara, y que se expresara del modo más difícil: viviendo, viviendo ante él.
La importancia capital de la primera infancia es uno de los puntos sobre los cuales la ciencia moderna ha insistido más, últimamente. Casi podría decirse que la acaba de descubrir y es en este momento preciso de su vida cuando el niño está en manos de la mujer exclusivamente.
La mujer es, pues, quien deja su marca indeleble y decisiva sobre esta cera blanda; es quien, consciente o inconscientemente, la modela, y la resistencia del hombre a reconocer que la mujer es un ser tan perfectamente responsable como lo es él mismo, resulta absurda y graciosa cuando se advierte la tamaña contradicción que encierra: la de haber dejado, desde hace siglos (por ignorancia sin duda), pesar sobre un ser irresponsable la mayor responsabilidad de todas: la de moldear a la humanidad entera en el momento en que es moldeable y la de dejar su sello impreso en ella.
Lo que diferencia principalmente a los grandes artistas de los grandes santos (aparte de otras diferencias) es que los artistas se esfuerzan en poner la perfección en una obra que les es exterior, por consiguiente fuera de sus vidas, mientras que los santos se esfuerzan en ponerla en una obra que les es interior y que no puede, por tanto, apartarse de sus vidas. El artista trata de crear la perfección fuera de sí mismo, el santo en sí mismo.
Por eso el artista sensible a la santidad, me atrevería a decir, corre siempre el riesgo de perder sus facultades de artista. A medida que el afán de poner perfección en su vida aumenta, la voluntad de hacerla radicar en una obra disminuye. Quizá el niño haya hecho a menudo de la mujer un artista tentado por la santidad. Porque para esforzarse en poner perfección en esa obra maestra que es la suya, el niño, necesita empezar por esforzarse en poner perfección en sí misma y no fuera de sí misma. Necesita tomar el camino de los santos y no el de los artistas. El niño no tolera que traten de poner en él las perfecciones que no ve en nosotros. En este momento de la historia que nos es dado vivir, asistimos a un debilitamiento del poder de los artistas.
Se diría que en el período actual el mundo tiene más necesidad de héroes o de santos que de estetas. Por todas partes se acentúa esa tentación de la santidad, fatal, parecería, a la perfección del objeto.
Por más que renazca después de cada palabra pronunciada, por más que inunde todos los pequeños silencios, por más que surja apenas nuestro soplo no puede prolongarse, sabemos ahora que nuestro grito la traspasa. Sabemos que nuestra voz la mata. Y es para mí una felicidad matarla entre nosotros. He visto siempre en el Atlántico un símbolo de la distancia. Me ha separado siempre de seres y cosas queridas. Sino era Europa, era América lo que echaba de menos.
Cuando a mi regreso de los Estados Unidos atravesé el canal de Panamá y entré por primera vez en el Pacífico, di gracias al cielo de no haber tenido que sufrir este océano, junto al cual el Atlántico es un Mediterráneo. Y sin embargo comprendo que lo se interpone entre mí y ese sufrimiento no es el inmenso biombo de los Andes, sino el que trato de no pensar en su existencia. Pues el Pacífico me separa también de países por los cuales sentiría nostalgia si me dejara llevar.
No se puede gustar verdaderamente un pedazo de la tierra sin sentir que pertenece a la tierra entera. Por eso los océanos, en cuanto símbolos de la distancia y de la separación, son enemigos míos. Interrumpen a la tierra. Quizás algún día hagamos de ellos hermosos caminos rápidos y seguros. Mientras tanto, hay que navegarlos gota a gota.
Pero pasemos directamente a aquello de que quería hablaros: la necesidad de expresión de la mujer. Tratemos, pues, de olvidar un poco esta alegría de vencer la distancia. Tratemos de olvidar que la victoria lograda sobre la distancia está transformando al mundo; idea que bastaría por sí sola para distraerme de todo lo demás durante la media hora de que dispongo. Convenzámonos de que esta misteriosa victoria momentánea no debe conmovernos ni sorprendernos. Tomemos las cosas extraordinarias con naturalidad, como en los sueños. ¿No he soñado acaso una vez, sin asombro, que vivía en una casa rodeada de un jardín mitad bañado en la luz de la mañana y mitad en la del crepúsculo?
Mi voz recorre hoy ese jardín de sueños. Mientras que los nuestros están despojados, halla entre vosotros hojas en los árboles, y mientras suena en nuestros cuartos cerrados por el frío, entra en los vuestros con todos los ruidos del verano. Esta idea me encanta, me arrastra tras sí, a pesar mío, como el zumbido de las abejas o el canto de las cigarras en los calores de enero cuando, niña, estaba yo en clase. La persigo, a pesar mío, con tremendo deseo de escaparme de mi tema, de hacerle la rabona - como decimos aquí -, de hacer novillos - como dicen allá. Pero seamos razonables, ya que no hay manera de no serlo.
El año pasado asistí, por casualidad, a la conversación telefónica, entre Buenos Aires y Berlín, de un hombre de negocios. Hablaba a la mujer para hacerle unos encargos. Empezó así: "no me interrumpas". Ella obedeció tan bien, y él tomó tan en serio su monólogo, que los tres minutos reglamentarios transcurrieron sin que la pobre mujer tuviera ocasión de emitir un sonido. Y como mi hombre de negocios era tacaño, en eso paró la conversación. Pues bien, yo que he sido invitada a venir a hablaros y que se me paga por hacerlo, quisiera deciros: "Interrumpidme. Este monólogo no me hace feliz. Es a vosotros a quienes quiero hablar y no a mí misma. Os quiero sentir presentes. ¿ Y cómo podría yo saber que estáis presentes, que me escucháis, si no me interrumpís?"
Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer, apenas entran en cierto terreno, empieza por un "no me interrumpas" de parte del hombre. Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él (La conversación entre hombres no es sino una forma dialogada de este monólogo). Se diría que el hombre no siente o siente muy débilmente la necesidad de intercambio que es la conversación con ese otro ser semejante y sin embargo distinto a él: la mujer. Que en el mejor de los casos no tiene ninguna afición a las interrupciones. Y que en el peor las prohíbe. Por lo tanto, el hombre se contenta con hablarse a sí mismo y poco le importa que lo oigan. En cuanto a oír él, es cosa que apenas le preocupa.
Durante siglos, habiéndose dado cuenta cabal de que la razón del más fuerte es siempre la mejor (por más que no debiera serlo), la mujer se ha resignado a repetir, por lo común, migajas del monólogo masculino, disimulando a veces entre ellas algo de su cosecha. Pero a pesar de sus cualidades de perro fiel que busca refugio a los pies del amo que la castiga, ha acabado por encontrar cansadora e inútil la faena. Luchando contra estas cualidades que el hombre ha interpretado a menudo como signos de una naturaleza inferior a la suya, o que ha respetado porque ayudaban a hacer de la mujer una estatua que se coloca en su nicho para que se quede ahí "sage come une image"; luchando, digo, contra esa inclinación que la lleva a ofrecerse en holocausto, se ha atrevido a decirse con firmeza desconocida hasta ahora: "El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos ni de mis pensamientos. ¿Por qué he resignarme a repetirlo? Tengo otra cosa que expresar. Otros sentimientos, otros dolores han destrozado mi vida, otras alegrías la han iluminado desde hace siglos".
La mujer, de acuerdo con sus medios, su talento, su vocación, en muchos dominios, en muchos países - y aún en los que eran más hostiles- trata hoy, cada vez más, de expresarse y lo logra cada vez mejor. No se puede pensar en la ciencia francesa actual sin pronunciar el nombre de Marie Curie, en la literatura inglesa sin que surja el de Virginia Woolf, en el de América Latina sin pensar en Gabriela Mistral. En cuanto a vosotros, para no hablar sino de ella, os envidiamos a María de Maeztu, mujer admirable que ha hecho por la juventud femenina española, gracias a su auténtico genio educador, lo que yo quisiera verla hacer por la nuestra. Por cierto, estoy convencida de que la mujer se expresa también, de que se ha expresado ya maravillosamente, fuera del terreno de la ciencia y de las artes.
Que esta expresión ha enriquecido, en todos los tiempos, la existencia, y que ha sido tan importante en la historia de la humanidad como la expresión del hombre. Aunque de una calidad secreta y sutil menos llamativa, como es menos llamativo el plumaje de la faisana que el de faisán.
La más completa expresión de la mujer, el niño, es una obra que exige, en las que tienen consciencia de ello, infinitamente más precauciones, escrúpulos, atención sostenida, rectificaciones delicadas, respeto inteligente y puro amor que el que exige la creación de un poema inmortal. Pues no se trata sólo de llevar nueve meses y de dar a luz seres sanos de cuerpo, sino de darlos a luz espiritualmente. Es decir, no sólo de vivir junto a ellos, con ellos, sino ante ellos.
Creo más que todo en la fuerza del ejemplo. No hay otra manera de predicar a los grandes ni a los pequeños. No hay otra manera de convencerlos. Si falla, es que no había remedio. El niño, pues, por su sola presencia ha exigido de la mujer consciente que se expresara, y que se expresara del modo más difícil: viviendo, viviendo ante él.
La importancia capital de la primera infancia es uno de los puntos sobre los cuales la ciencia moderna ha insistido más, últimamente. Casi podría decirse que la acaba de descubrir y es en este momento preciso de su vida cuando el niño está en manos de la mujer exclusivamente.
La mujer es, pues, quien deja su marca indeleble y decisiva sobre esta cera blanda; es quien, consciente o inconscientemente, la modela, y la resistencia del hombre a reconocer que la mujer es un ser tan perfectamente responsable como lo es él mismo, resulta absurda y graciosa cuando se advierte la tamaña contradicción que encierra: la de haber dejado, desde hace siglos (por ignorancia sin duda), pesar sobre un ser irresponsable la mayor responsabilidad de todas: la de moldear a la humanidad entera en el momento en que es moldeable y la de dejar su sello impreso en ella.
Lo que diferencia principalmente a los grandes artistas de los grandes santos (aparte de otras diferencias) es que los artistas se esfuerzan en poner la perfección en una obra que les es exterior, por consiguiente fuera de sus vidas, mientras que los santos se esfuerzan en ponerla en una obra que les es interior y que no puede, por tanto, apartarse de sus vidas. El artista trata de crear la perfección fuera de sí mismo, el santo en sí mismo.
Por eso el artista sensible a la santidad, me atrevería a decir, corre siempre el riesgo de perder sus facultades de artista. A medida que el afán de poner perfección en su vida aumenta, la voluntad de hacerla radicar en una obra disminuye. Quizá el niño haya hecho a menudo de la mujer un artista tentado por la santidad. Porque para esforzarse en poner perfección en esa obra maestra que es la suya, el niño, necesita empezar por esforzarse en poner perfección en sí misma y no fuera de sí misma. Necesita tomar el camino de los santos y no el de los artistas. El niño no tolera que traten de poner en él las perfecciones que no ve en nosotros. En este momento de la historia que nos es dado vivir, asistimos a un debilitamiento del poder de los artistas.
Se diría que en el período actual el mundo tiene más necesidad de héroes o de santos que de estetas. Por todas partes se acentúa esa tentación de la santidad, fatal, parecería, a la perfección del objeto.
Extracto de la conferencia radiofónica de Victoria Ocampo dirigida al público de España y de la Argentina en agosto de 1936.
El Diccionario
Palabritas Raras:
Ábaco: 1. Cuadro de madera con diez cuerdas o alambres paralelos y en cada uno de ellos otras tantas bolas móviles. 2. Todo instrumento que sirve para efectuar manualmente cálculos aritméticos mediante marcadores deslizables. 3. Monograma. (Representación gráfica que permite realizar con rapidez cálculos numéricos aproximados). 4.Tablero o plancha en general, especialmente el decorativo en muebles, techos,etc. 5. Parte superior en forma de tablero que corona el capitel. Arquitectura. 6. En las minas, artesa que se usa para lavar los minerales, especialmente los de oro. Ingeniería. 7. Tablero de ajedrez. Anticuado.
Anexitis: Inflamación de los anexos. (En anatomía, órganos y tejidos que rodean el útero, es decir, las trompas, los ovarios y el peritoneo).
Arcaduz: 1. Caño por donde se conduce el agua. 2. Cada uno de los caños de que se compone una cañería. 3. Cangilón (de la noria). 4. Vía, medio por donde se alcanza algo. (coloquial, en desuso)
Cuévano: 1. Cesto grande y hondo, poco más ancho de arriba que de abajo, tejido de mimbres, usado especialmente para llevar la uva en el tiempo de la vendimia. 2. Cesto más pequeño, con dos asas con que se afianza en los hombros, que llevan las pasiegas a la espalda, a manera de mochila, para transportar géneros o para llevar a sus hijos pequeños.
Equinodermo: 1. Se dice de los animales metazoos marinos de simetría radiada pentagonal, con un dermatoesqueleto que consta de gránulos calcáreos dispersos en el espesor de la piel o, más frecuentemente, de placas calcáreas yuxtapuestas y a veces provistas de espinas; p. ej., las holoturias y las estrellas de mar.
2. Taxón al que pertenecen estos animales. (Mayúscula, plural)
Anexitis: Inflamación de los anexos. (En anatomía, órganos y tejidos que rodean el útero, es decir, las trompas, los ovarios y el peritoneo).
Arcaduz: 1. Caño por donde se conduce el agua. 2. Cada uno de los caños de que se compone una cañería. 3. Cangilón (de la noria). 4. Vía, medio por donde se alcanza algo. (coloquial, en desuso)
Cuévano: 1. Cesto grande y hondo, poco más ancho de arriba que de abajo, tejido de mimbres, usado especialmente para llevar la uva en el tiempo de la vendimia. 2. Cesto más pequeño, con dos asas con que se afianza en los hombros, que llevan las pasiegas a la espalda, a manera de mochila, para transportar géneros o para llevar a sus hijos pequeños.
Equinodermo: 1. Se dice de los animales metazoos marinos de simetría radiada pentagonal, con un dermatoesqueleto que consta de gránulos calcáreos dispersos en el espesor de la piel o, más frecuentemente, de placas calcáreas yuxtapuestas y a veces provistas de espinas; p. ej., las holoturias y las estrellas de mar.
2. Taxón al que pertenecen estos animales. (Mayúscula, plural)
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